András, 21 Febrero de 2021
Será por dinero
Más de mil millones de euros en un AVE para viajar entre Madrid y Murcia en lo que, sin duda, no parece una obra esencial. Las prioridades en este país siguen sin estar claras, y el dinero se sigue dilapidando. ¡Cuánto dinero hay, y cuántas cosas se podrían hacer si lo supieran invertir!
Absorción a la vista
La derecha ha salido mal parada de las elecciones catalanas. Tanto el PP como Ciudadanos se tambalean. Mientras en el caso del primero es la continuidad del líder lo que se ha puesto en peligro, en Ciudadanos lo que se pone en cuestión es la propia existencia del partido. Parece cuestión de tiempo que acabe absorbido por el PP.
Así no, señora ministra portavoz
La calidad democrática del país mejoraría mucho si la portavoz del gobierno evitara justificar las gravísimas afirmaciones del vicepresidente referentes a que España es un Estado opresor, contextualizándolas en la campaña electoral catalana. Es decir, cómo estábamos en campaña, se puede decir lo que se quiera porque los ciudadanos son tontos, ¿no?. Señora ministra portavoz, Pablo Iglesias no hablaba así por estar en campaña, ya lo decía antes. Pero también es grave que desde el Gobierno se llame vocación de mejorar la calidad democrática a denigrar a las instituciones, a denigrar al Rey por hacer un discurso en el que urgió a las instituciones a hacer respetar la Constitución, o a denigrar al gobierno anterior por haber aplicado, de forma legítima y legal, el 155. Todo eso es Podemos, con campaña y sin campaña.
Más sobre la normalidad democrática
La normalidad democrática consiste en que, si la sociedad, representada en el Parlamento, entiende que las injurias a la Corona o que el enaltecimiento del terrorismo, no deben ser castigadas con cárcel, proceda a reformar el código penal, y lo haga ordenadamente y con plena normalidad democrática. Con la misma legitimidad que un Parlamento anterior legisló sobre el enaltecimiento del terrorismo y sobre las penas que acompañan a ese delito, este Parlamento actual, puede hacer una reforma igual de legítima. Más normalidad democrática imposible, lo que pasa que los partidos son los menos democráticos de todos.
El delito de odio también lo pueden reformar
Lo que ningún partido haya dicho hasta la fecha que quiera modificar, es el delito de odio, que también forma parte del código penal y que también está castigado con cárcel. Y castiga a quien promueve el odio y la hostilidad hacia otras personas por su ideología, por sus creencias, por su orientación sexual o por su raza. En este delito encajan como un guante las proclamas contra los judíos en boca de una neonazi, o las proclamas contra los “peperos” en boca de un ultra anti sistema que sueña con que le peguen un tiro en la cabeza a todo el que no piensa como él. ¿Por qué no se aborda esa reforma? ¿No será que a todos les conviene dejarlo como está para poder seguir jaleando cada uno a sus violentos?
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