András, 09 Octubre de 2019
En un mes estaremos viendo si Sánchez sale airoso de su apuesta electoral o si, por el contrario, se lleva una cornada en forma de pérdida de votos. Estamos ya en la tercera semana de campaña de Sánchez, que es el candidato que empezó primero y además es el que lleva la iniciativa. Sánchez no para de prometer cosas y, para estar en funciones, para ser un interino, que ese lo que realmente es ahora mismo, se ha convertido en el rey de las promesas y del gasto público.
Allá donde va, saca la chequera y promete ayudas a diestro y siniestro. Un día son las pensiones, que no sabe como, pero las subirá, otro día son los productores de aceite y al siguiente los trabajadores del campo. Hay para todos, porque Sánchez se ha convertido el hombre anuncio y va sacando de su chistera ayudas para todo el mundo a cargo del erario público.
Una cosa que no se le puede negar y que hay que reconocerle, es que Sánchez es experto en reinventarse cada día. Hace una semana dijo que ante una medida como la de Donald Trump poco o nada podía hacer el gobierno de un país como el nuestro, y sin embargo ahora ya está anunciando ayudas económicas y exigencias a Bruselas.
Y todo lo utiliza para tratar de arrimar el ascua a su sardina electoral, aunque los resultados no los conoceremos hasta el día diez de octubre, por mucho que Tezanos se empeñe en sacar su bola roja de cristal. De momento lo que tenemos son tendencias, y el PSOE baja pero gana, el PP sube pero pedirte, Ciudadanos se desangra, Podemos pierde fuelle, Más Pais muerde pero poco y Vox se desinfla. Es decir, todo seguirá igual.
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