viernes, 4 de octubre de 2019

Octubre caliente

András, 04 Octubre de 2019

A diferencia de las pasadas elecciones, esta vez si que la cuestión catalana va a inundarlo todo. Porque a mediados de mes, cuando estemos a poco tiempo de las elecciones, se espera la sentencia del Tribunal Supremo que, salvo gran sorpresa va a condenar, ya veremos si por sedición, por intento de rebelión, conspiración o por lo que sea, pero se espera una condena que podría ser ejemplar, a los ex gobernantes catalanes que no se fugaron. 

Desde hace semanas, los independentistas vienen calentando la calle. Se dedican a convencer a la sociedad catalana para movilizarse contra el TS sin esperar siquiera a saber cómo argumentará su sentencia. Ya sería grave que llamasen a la movilización después de una sentencia, pero más grave es que lo hagan sin que se haya producido la sentencia. Es rizar el rizo de la provocación y del deseo de inestabilidad, que es lo único que mueve al independentismo.

Cualquier ingrediente es bienvenido en el lío este que se traen entre manos. Como por ejemplo la detención y prisión provisional de siete miembros de los CDR por andar manejando explosivos para fabricar artefactos con los que causar estragos. Se les acusa de haberse agenciado de sustancias que se utilizan para fabricar explosivos y de tener intención e utilizarlos en los sabotajes que preparaban para el primero de octubre, no de ser independentistas, que eso ni es un delito ni en el caso de estos siete, siquiera una sospecha, sino una evidencia. 

De hecho son ellos los que justifican sus acciones presuntamente delictivas con el paraguas de la causa nacional, que les vale para todo. Que un juez de instrucción aplique medidas cautelares a unos tipos detenidos con material explosivo es una cosa casi rutinaria y, a todas luces lógica. Si hay indicios, y los presuntos delitos son graves, no parece razonable mandarlos a su casa como si no pasara o pudiera pasar nada. Por eso nadie puede sorprenderse.

Lo único que es inusual e inquietante en toda esta historia, es que un parlamento autonómico se empeñe en unir su nombre, su reputación y su crédito al de siete tipos sospechosos de andar preparando bombas. El rodillo independentista que controla el parlamento de Cataluña decidió tirarse de cabeza al barro convirtiendo a estos siete detenidos en mártires y aprobando una declaración colmada de falsedades, absurda y, sobre todo, inmoral, que sostiene que la guardia civil se dedica a atemorizar a la población catalana. 


El primer paso para semejante despropósito lo dio el propio Torra diciendo que están hartos de amenazas y de que se entre en las casas de los catalanes de madrugada. El presidente de la Generalitat prendiendo la llama como un pirómano

Publicado en PontevedraViva.com el día 04 de Octubre de 2019


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