András, 21 Octubre de 2019
Albert Rivera se ha hecho una enmienda a la totalidad a sí mismo. Ya no dice ni media palabra sobre la banda de Sánchez, el “plan Sánchez”, la alianza que estaba hecha con Podemos y con los independentistas, o de la traición al Estado. Después de seis meses predicando todo eso, ahora corrige el tiro y cambia de discurso y de estrategia para volver a presentarse como el líder de un partido bisagra capaz de pactar con derecha e izquierda según la conveniencia y para impedir el bloqueo de los nacionalismos. Rivera se conforma ahora con tener la llave de paso de los pactos en el Parlamento, porque las encuestas le están castigando y se ve obligado a modificar su estrategia. El cambiante Rivera, el camaleónico y controvertido líder de derechas que jugó a hacernos creer que era un hombre centrado y de centro, pero que solo es un líder menguante que reacciona ante los sondeos.
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