Pontevedra, 21 Marzo de 2019
El Gobierno británico se ha metido en una ratonera y no encuentra la salida. El Parlamento no le aprueba las condiciones de salida de la Unión Europea que la presidenta acordó con la propia Unión. Es lo que tiene la democracia parlamentaria, que los acuerdos pasan por allí y si no tienes mayoría, te tumban tus acuerdos o tus propuestas.
En este caso, y para más escarnio, una parte del propio partido de Theresa May tampoco apoya el acuerdo. Es decir, los propios conservadores en contra del Gobierno conservador. ¿Quién se imagina algo semejante en España? Que una parte de los diputados del PSOE (por ser quien gobierna ahora) tumben una iniciativa del gobierno que sustentan. ¿Impensable verdad? Pues eso es lo que sucede en Inglaterra donde, a pesar del problema que tienen entre manos, que necesita de una rápida, hábil y consensuada solución, se ven enredados por la propia democracia, donde cada parlamentario vota según su conciencia o lo que prometió a sus electores, aunque eso vaya en contra de los intereses de su propio partido. Igualito que aquí, vamos.
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