Pontevedra, 15 Marzo 2019
En su afán de tocar poder, Ciudadanos está dando bandazos de posicionamiento ideológico para virar hacia la derecha y abandonar definitivamente el centro. El deseo de gobernar a cualquier precio y la poca paciencia de su líder, están llevando al partido a entrar en muchas contradicciones.
Afirmar que, ocurra lo que ocurra en las elecciones del 28 de abril, “no va a pactar con el PSOE ni con Pedro Sánchez”, es un error de estrategia garrafal. Y como parece claro que tampoco lo hará con Podemos ni, por supuesto, con nacionalistas e independentistas, queda claro que solo lo hará, por exclusión, con el PP y con Vox.
Este es el mensaje que han trasladado a los votantes, y con este anuncio se han pegado un tiro en cada pie, en el izquierdo y en el derecho, algo que define perfectamente lo que es Ciudadanos a día de hoy; un partido desnortado, sin criterio propio, que se nutre de tránsfugas de PP y PSOE y que cada vez se parece más a los partidos tradicionales en lo malo (pucherazos incluidos).
Pretendían ser tan diferentes, tan perfectos, que al final se van a quedar en nada. Además pierden credibilidad porque si finalmente pactan con el PSOE, ¿cómo lo van a explicar? Posiblemente con los mismos argumentos que explicaron lo de Andalucía, donde dijeron que no pactarían con Vox, pero forman parte de un Gobierno sustentado por ellos. Así es Ciudadanos, camaleónico igual que su líder.
Rivera presumía de ser de centro. De atizar por igual a derecha y a izquierda aunque acabase pactando con ambos. Esa podía ser una buena estrategia, coger lo mejor de cada lado y actuar de contrapeso. Pero ahora todo parece haber mudado, y aquellos tiempos de gloria se han convertido en momentos de incertidumbre. El líder ha perdido frescura, y las valoraciones de las encuestas no dejan lugar a dudas. La gente lo identifica con la derecha, pactando con un PP desbocado y la ultraderecha emergente.
Rivera ha caído en la trampa de la derecha, y compite con ellos a ver quién es el más español o quien es el que agarra la bandera más grande. Y se equivoca, porque cuando le han atacado por el flanco derecho, en vez tratar de diferenciarse marcando distancias, lo que ha hecho ha sido intentar competir con ellos convirtiéndose en un partido más de la derecha.
Con ello puede que haya renunciado definitivamente a presidir un gobierno moderado en España, y ya solo aspire a ser el escudero de Casado (o del que venga).
Publicado en PontevedraViva.com el día 15 de Marzo de 2019
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