Pontevedra, 30 Diciembre de 2015
Si yo fuera Pedro Sánchez dejaría gobernar al PP para que
se hundiera en su propia necesidad de llegar a acuerdos en cada ley que
quisiera aprobar. Sin embargo, el Secretario General del PSOE es muy libre de
intentar formar un gobierno de coaliciones si Rajoy no lo consigue primero. Para
ello tiene dos razones contundentes. Una, no fue votado para entregar el
gobierno a la derecha; y dos, está legitimado para intentarlo. El problema es
que Sánchez tiene a buena parte del partido en contra y no por el posible pacto
con Podemos, sino por luchas internas por el poder.
No pueden permitir que el que llegó al partido en un momento
de transición y al que apenas le daban dos días de vida política, pueda estar
ahora a las puertas de formar un Gobierno. Sería un Gobierno complicado, pero a
la postre, Gobierno.
Susana Díaz no cogió el partido cuando pudo, pero ahora
que ve que el que parecía un cadáver político puede revivir, se echa encima de
él para reclamar su cuota de poder. En el fondo lo que ansía, a pesar de que lo
niega, es el poder del partido. Y como ella todos los presidentes es
autonómicos socialistas que niegan a Sánchez lo que muchos de ellos han hecho
para alcanzar el poder en sus autonomías: pactar.
Publicado en LA VOZ DE GALICIA el día 30 de Diciembre de 2015
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