Pontevedra, 01 enero de 2016
Tras las últimas elecciones municipales y autonómicas, el
PP perdió mucho apoyo ciudadano y como consecuencia de ello han tenido que
abandonar muchas instituciones tanto en comunidades autónomas, diputaciones y
ayuntamientos; es decir, se produjo una evidente pérdida de poder. Los partidos
no reconocen los resultados cuando le son adversos, pero la realidad es tozuda y donde antes había un alcalde del PP ahora no lo
hay, lo que significa que una buena cantidad de baroncillos locales, pasan
a engrosar las filas del paro político. Esto es lo que podemos llamar, los
efectos colaterales de la democracia.
Perdieron el bastón de mando y engañaron a los ciudadanos
que les habían votado. Al fin y al cabo, siempre
dicen que en las elecciones municipales se vota a la persona, no al partido.
¿Dijeron que no estarían en la oposición si no ganaban las elecciones? No. Pero
claro, después de años mandando ahora no van a estar en la oposición, sin
sueldo y sin poder. Estar en la oposición supone trabajar, y mucho, para volver
a recuperar la confianza de los ciudadanos.
Pero como son unos vagos y les puede más la vanidad que
el esfuerzo por un proyecto común, renuncian y se van. ¿Y a dónde van? Pues donde puedan cobrar un buen salario por no hacer
nada. Como mucho levantar la mano de vez en cuando, apretar un botón o
gritar despavoridos a los adversarios. Es decir, al Congreso o mejor aún, al
Senado. Y ahí es donde el aparato del partido llega para echarles una mano a
los parados políticos. Después de tantos años dándolo todo, ahora no les van a
dejar tirados.
Si uno analiza
las listas de las últimas elecciones generales, encuentra a muchos de esos
‘escapados políticos’. Por ejemplo, ¿qué fue de Crespo el que fuera alcalde de Lalín durante
tantos años? Pues estaba en la lista del Senado por la provincia de Pontevedra.
¿Y de Tomás Fole, antiguo alcalde de Vilagarcia? Estaba en la lista del Congreso.
Amarrando un puesto y cobrando por los servicios prestados al partido. Ambos
fueron alcaldes hasta las elecciones de octubre, pero cuando los ciudadanos les
dieron la espalda en las urnas ellos abandonan y se van.
¿Quién piensa en los que les han votado? ¿No es un fraude presentarte a unas
elecciones y dejar huérfanos a tus votantes? Y por otro lado, ¿dónde está la renovación
democrática de la que presume el PP? ¿No tienen gente suficiente para tener que
presentar siempre a los mismos? Crespo y Fole son los Arenas y Villalobos del
futuro. Ese es su modelo a seguir, gente que no ha trabajado nunca y que tiene
en la política su único medio de vida.
Pero muy
significativa es también la presencia de Pilar Rojo en la lista del Congreso. ¿No
es la actual presidenta del Parlamento gallego? Aún no ha soltado un puesto y
ya está asegurando otro. Impresionante.
Posiblemente, si analizásemos las listas del PSOE
encontraríamos otros tantos personajes en situación similar. En definitiva, se
confirma que Congreso y Senado son un cementerio de elefantes que los partidos
utilizan para pagar favores a un buen número de afiliados que van a cobrar un
buen salario y a asegurarse una suculenta y rápida jubilación. Al menos, gracias a Ciudadanos y a Podemos, 83
diputados y 13 senadores de PP y PSOE han perdido su sillón. Ya encontrarán
otro.
Publicado en PontevedraViva.com el día 01 de Enero de 2016
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