viernes, 4 de diciembre de 2015

Un tal Pedro Sánchez

Pontevedra, 04 Diciembre de 2015

La presencia de nuevas fuerzas políticas en la escena nacional, ha provocado una cascada de reacciones de todos los partidos en busca del voto. Sabedores del aumento de la competencia, deben añadir a sus discursos una imagen actualizada de sus candidatos. No en vano, los votantes son muy maleables, y en muchas ocasiones, una buena presencia física o una imagen amable y cercana puede decantar el voto.

Los partidos están llenos en sociólogos que marcan las tendencias en la comunicación de los candidatos, y aunque siempre han tenido un papel importante, quizás sea ahora cuando su peso es mayor, ya que tienen que ayudar a mejorar la mala imagen que en general, la sociedad tiene de los políticos. Se afanan en prepararles discursos cercanos pero muy medidos. Nada queda para la improvisación del candidato.

Las elecciones generales están a la vuelta de la esquina, el arranque de la campaña es inmediato y todo lo que digan y hagan los líderes desde ahora será con un interés electoralista. Los partidos se comprometen en campaña a ser más transparentes, pero el pesado lastre que arrastran condiciona su credibilidad. Todos prometen cambiar el modo de hacer política para ser más cercanos a la ciudadanía y a sus problemas.

En el caso del PSOE, ese proceso está liderado por un tal Pedro Sánchez, por aquello de que para regenerar el partido, lo primero que había que hacer era quitar de en medio lo malo conocido, aunque nadie sepa si es bueno lo que queda por conocer. No podemos ocultar que al menos se trata de un candidato con buena presencia física, pero poco más. En su afán de llegar a todos, es capaz de cualquier cosa para llegar “donde esté la gente”, como él dice, aunque eso suponga pasar por las pruebas de Pablo Motos en El Hormiguero, llamar a Jorge Javier Vázquez en Sálvame y por supuesto, visitar a Bertin en su propia casa.

Sin embargo, da la sensación de que en el PSOE han apostado todo a la imagen del candidato. Detrás de tanto populismo, lo que hay son unos asesores que pretenden “humanizar” la figura del nuevo líder del PSOE, hacerlo más cercano a la gente, que parezca que es un tipo normal que tiene los mismos problemas que todos. En ese escenario compite fuertemente con Rivera, de Ciudadanos y con Pablo Iglesias, de Podemos, que son los únicos que le pueden hacer sombra; ya que ni el propio Rajoy ni sus fieles, que por más que intenten “humanizar” su figura o hacerlo más cercano a la gente, lo van a conseguir ni nadie se lo va a creer.

Sin embargo, el intento de humanización del líder socialista no le va a salir bien al partido, porque su faceta humana no es creíble. Lo es más su ideología que su experiencia personal en la vida. En un intento demasiado artificial por contentar a todos, da la impresión de estar inventando algunas cosas y exagerando otras.

Pedro Sánchez debería concentrarse en hacer un buen discurso ideológico, de ideas, con propuestas creíbles. Debería separarse definitivamente de los corruptos del partido, condenar los ERE de Andalucía, velar por el cumplimiento estricto de los estatutos y el código ético del partido. Más que apartarse del pasado, debería hacerlo de lo nuevo malo que tiene el partido. Si lo que pretende es humanizar su imagen y acercarse más a los ciudadanos, mejor le iría comprometiéndose firmemente a la derogación de la reforma laboral que aprobó el PP, en lugar de confiarlo todo a un hipotético acuerdo.

Mucho mejor le iría así que repitiendo una y otra vez que jugó al baloncesto.

Publicado en PontevedraViva.com el día 04 Diciembre de 2015


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