Pontevedra, 18 Diciembre de 2015
El pasado lunes tuvo
lugar el segundo debate del siglo. En esta ocasión entre los candidatos de la llamada vieja
política. Rajoy y Sánchez disputaron un
debate para tratar de convencer a los electores de que sus organizaciones
siguen siendo la mejor opción de gobierno porque los nuevos partidos solo
ofrecen cambios imposibles.
Se afanan por alternarse en el poder, sin percatarse de
que les van a adelantar por la derecha, literalmente. El arranque fue una
declaración de intenciones de ambos. Rajoy
llegó acompañado de su jefe de gabinete. Y Sánchez, con un estilo más moderno y
a la americana, se hizo acompañar de su mujer a la que no soltó de la mano. La
derecha rancia y la izquierda moderna. Las formas son tan importantes o más que
los mensajes, y en el PSOE lo saben, por eso apuestan todo a la buena imagen de
su candidato.
Sin embargo de propuestas, de ideas, de proyectos no oímos
nada. Es posible que el número de
indecisos se haya reducido tras el cara a cara. Y también es posible que no
se decanten por ninguna de las opciones ofertadas en él.
Si algo nos dejó fue precisamente eso, un cara a cara con
dos estilos bien diferenciados y que sirvió para entender porqué el PP no quiere mostrar a Rajoy ante los
medios y se apoya siempre en el famoso plasma. Porque no tiene carisma, no
se desenvuelve bien en las distancias cortas, no es capaz de mostrar sus
propias emociones, no es rápido en la réplica y se bloquea. A pesar de que él mismo dijo que su medio
natural eran los debates, lo cierto es que al igual que en otras cosas, mintió.
Solo por esto, perdió el debate.
Pedro Sánchez arrinconó a su adversario con la corrupción
porque sabía que era la gran baza que debía jugar, sabedor de que Rajoy no
tiene excusas ni explicaciones para ello. El socialista intentó poner nervioso
a su contrincante acusándolo de mantener una red corrupta en el partido. Le acusó de "no ser una persona decente", algo que el presidente tachó de
"ruin, mezquino y deleznable".
Si duras fueron las acusaciones de Sánchez, decepcionantes y absurdas lo fueron
las respuestas de Rajoy, para el que haber sido concejal y llevar treinta años en política son la justificación para ser una
persona decente.
Es posible que
Pedro Sánchez estuviera un poco agresivo y Rajoy abatido. Pero lo único que hizo fue
decirle lo que piensan muchos españoles, y se lo dijo a la cara, con tanta
dureza como acierto. Ahora en el PP hablan de debate bronco y tildan a Sánchez
de macara y maleducado. Adoptan el papel de víctimas para no hablar de lo
importante. Esta es una práctica muy
común cuando no quieres que se hable de los problemas de verdad. Pero en el
PP se caracterizan, entre otras cosas, por tener muy poca memoria, y no se
acuerdan de todo lo que le han dicho a Zapatero en los últimos años, al que han
insultado y acusado de todos los males del país desde los Reyes Católicos. Pero
eso es precisamente lo que hace bien la derecha, olvidar el pasado. ¿Se acuerda Rajoy de haberle dicho a Zapatero que había
traicionado a las víctimas del terrorismo? ¿Se acuerda de llamarle bobo
solemne? ¿No son eso insulsos y faltas de respeto? ¿De qué se queja ahora?.
El debate no aclaró mucho sobre las intenciones futuras
de ambos partidos, pero al menos en esta ocasión sirvió para que al menos por
una vez, alguien le sacase los colores a Rajoy con la corrupción. El tono elevado que utilizó Pedro Sánchez
sirvió para que Rajoy se sintiese un poco reprendido.
A Pedro Sánchez
solo le valía atacar, porque el mensaje de Rajoy estaba claro. ¿Alguien tenía dudas de que
iba a negar la corrupción, afirmar que estamos en la senda de la recuperación,
que el empleo se está recuperando, que se generan mil quinientos puestos de
trabajo diarios, que somos el motor de Europa, que cuando pedimos dinero nos
pagan por prestarnos, que no se han rebajado las pensiones, que la educación se
aprobó por consenso, que en la sanidad no existe el copago, que no se ha
rebajado la cobertura por desempleo, etc....? ¿Alguien en este país albergaba la duda de que esto sería así?
No hay comentarios:
Publicar un comentario