viernes, 25 de diciembre de 2015

Ya es primavera


Pontevedra, 25 de Diciembre de 2015


Con la llegada del solsticio de invierno, llegó la primavera al Congreso de los Diputados, donde ha florecido la mayor pluralidad en la historia de la democracia. Una pluralidad que deberá reflejarse en una altura de miras suficiente para que los líderes políticos hagan política de verdad. Política y pactos, que son necesarios para que todo este proceso no termine en unas nuevas elecciones a corto plazo.

Los ciudadanos han hablado en las urnas, y lo que han dicho es que quieren que los políticos se pongan de acuerdo para gobernar. No es cierto eso que dicen algunos de que la gobernabilidad sea imposible y que la única salida pasa por la convocatoria de elecciones anticipadas. Lo que han dicho los ciudadanos es que quieren un gobierno de consenso, de pacto, de acuerdos, de negociación. No quieren un gobierno que actúe como un rodillo imponiendo y gobernando por decreto, sino un gobierno de todos para todos. Por tanto, gobernar es posible, pero negociando. Ahora sabremos realmente la talla que dan nuestros representantes, y si piensan más en los intereses generales que en los partidistas.

Pero para hacer política hay que tener talante negociador, tratar de acercar posturas y ceder. ¿Será capaz el PP de ceder? ¿Va a utilizar a Mariano Rajoy como negociador con otros partidos para tratar de conseguir un pacto que le lleve de nuevo al poder?

En estas elecciones se ha demostrado que era mayor el voto oculto que el voto indeciso. Así lo ponen de manifiesto los resultados del PSOE, que a pesar de ser los peores del partido en la historia de la democracia, el destino les tenía guardado un papel decisivo en el futuro del país. Y también los de Ciudadanos, que no han al an alcanzado, ni de lejos, las expectativas que esperaban. Parece claro que la pelota ha caído en el tejado del PSOE, que pasa a desempeñar un papel preponderante en el futuro político del país.

Tiene varias opciones, y deberá escoger bien, porque de esta decisión dependerá en buena parte su futuro. Quizás, de todos los caminos posibles, el más seguro sería abstenerse en la segunda votación para permitir que gobierne el PP obligándole a llegar a pactos y acuerdos en cada ley. De esta forma actuarían con la lealtad institucional y democrática que se espera de un partido con tradición de gobierno y respetarían el mandato de los ciudadanos de gobernar con acuerdos.
El PSOE tiene que optar entre esta opción o buscar alianzas de izquierdas, liderando un proyecto progresista que, de salir mal, acabaría con Podemos ocupando el lugar del PSOE. Si hay elecciones anticipadas el PSOE sería absorbido prácticamente por Podemos.


Un apartado especial merece Ciudadanos, que ha sido el gran derrotado de los perdedores. Rivera se las daba de gran líder y presumía de que jugaría un papel clave en los futuros pactos post-electorales. Las encuestas le auguraban unos grandes resultados hasta que unas cuantas meteduras de pata con la ley de memoria histórica y la violencia machista hicieron que los ciudadanos los viesen como lo que son, la nueva derecha. Por no hablar de algunos de sus candidatos regionales que parecen todo menos eso, candidatos al Congreso. A Ciudadanos no ha sido necesario verlos gobernar para darnos cuenta de que son las auténticas Nuevas Generaciones del PP. Ahora, Rivera, al que se le llenó la boca diciendo que el futuro del país no pasaba por Rajoy dice que se abstendrá para facilitar su investidura. Y no se conforma con eso, sino que le pide al PSOE que haga lo mismo. Que sepa el señor Rivera que el PSOE ha metido muchas veces la pata, y todavía le queda muchas que meter, pero es un partido con una larga tradición democrática que ha traído a este país los mayores avances sociales que ha vivido desde la segunda república. El PSOE hará lo que tenga que hacer, pero no porque se lo pida un recién llegado de derechas.

Publicado en PontevedraViva.com el día 25 de Diciembre de 2015

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