Pontevedra, 30 Julio de 2015
No soy un visionario, pero puedo decir eso de “yo ya lo dije” (y lo escribí) cuando me
refería al despegue profesional en política de Pablo Casado. Con su verborrea
era casi imposible no medrar en el partido. No importa lo que dice, pero si
como lo dice. Para mucha gente es creíble porque no piensan en el fondo de sus
palabras. Ahora ha conseguido llegar a vicesecretario de Comunicación del PP. ¡De
comunicación! Para seguir escupiendo por la boca mentiras y tonterías hay que
tener mucha cara, y de eso a Pablo le sobra. Su última perla ha sido decir que
en el PP se "abochornan, indignan y
avergüenzan" de los comportamientos y las conversaciones desveladas en
el sumario de la trama de corrupción Púnica, y ha adelantado que el partido
revisará los nombres de quienes ya tienen abiertos expedientes informativos o
de expulsión por si tiene que abrir nuevos procedimientos.
Con una desvergüenza fuera de toda duda, se permite el
lujo de afirmar que el "99 por
ciento del PP" que trabaja "15
horas al día" está "haciendo
el trabajo de los que dicen que vienen a la política a no hacer nada",
aludiendo al exdiputado del PP, José Miguel Moreno, que, en las conversaciones,
dice que se ha hecho parlamentario para tocarse "los huevos".
Eso sí, ha confiado en que el caso no pase factura
electoral al PP porque, según ha dicho, es un caso que ya se conocía y la
novedad es que se ha levantado el secreto del sumario. Es decir, como el caso
ya se conocía la gente ya tiene que tenerlo interiorizado y no debe alarmarse
ni pasar factura en forma de retirada de votos al PP. Muy bien Pablo, sigues en
tu línea. Al estilo de Besteiro que justificó la imputación de Orozco diciendo
que la gente ya los sabia cuando se presentó. Besteiro, si te procesan pide
trabajo en el PP, serás un candidato perfecto.
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