Pontevedra, 04, Julio de 2015
Finalmente, Susana Diaz ha sido investida como
presidenta de Andalucía con el apoyo de Ciudadanos, porque el partido de
Rivera, a pesar de haber firmado un acuerdo
con setenta puntos de aplicación programática, han cedido en el que presumían como
imprescindible, y es la expulsión del imputado Chaves. Cuando todavía era
creíble, Albert Rivera se cansó de repetir que la salida del diputado era
condición imprescindible para iniciar las negociaciones con el PSOE. ¿Qué fue
de aquello señor Rivera?
Empeñó su palabra y ahora la hemeroteca le delata,
porque ha entregado el poder a los socialistas a pesar de que el expresidente
imputado sigue en su poltrona de Madrid. ¿Se ha conformado con que Susana Díaz
le haya prometido que cuando la imputación sea formal le obligará a entregar el
acta? Pues bien, la imputación ya es formal, pero él sigue en su sillón. El propio
Rivera dijo que su salida era inmediata y que en pocos días veríamos las
consecuencias. ¿Dónde está el señor chaves? Sigue en su poltrona del Congreso,
cobrando por no hacer nada. Pero, ¿es suficiente para el partido de Rivera la
promesa de Susana Díaz? Esa promesa ya la obtuvo hace más de dos meses, y
entonces la rechazó. Para este viaje no se necesitan alforjas, porque lo único
que ha conseguido es retrasar la formación del Gobierno. Se trata de la primera
decepción del partido de Albert Rivera, que traiciona a los votantes que vieron
en aquellas palabras suyas la primera línea roja real contra la corrupción: “no apoyaremos un gobierno que mantiene
imputados en sus listas”. ¿Se acuerda señor Rivera?
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