sábado, 25 de julio de 2015

El analfabeto político

Vilanova de Arousa, 25 Julio de 2015

Si echamos un vistazo a la historia podemos observar como ésta se repite siempre a favor de los mismos. Lo que hoy conocemos como los de arriba y los de abajo ya existía en 1924, con las mismas consecuencias.

“El Estado, para ser democrático, ha de apoyarse en Municipios libres”.  Este principio, consagrado por la ciencia política, tiene oportuna aplicación actual a nuestro país, porque para reconstruirlo sobre cimientos sólidos no basta demoler caducas organizaciones, secularmente acogedoras del feudalismo político; se necesita, además, oxigenar la vida municipal, dando a las Corporaciones locales aquella dignidad, aquellos medios y aquel alto rango que les había arrebatado una concepción centralista primero, y un perverso sistema de intromisión gubernativa, más tarde. El Gobierno acomete la magna empresa lleno de fe en la vitalidad del pueblo español y en sus virtudes cívicas, y no mengua su confianza el espectáculo bochornoso que ofrecían muchos de nuestros Ayuntamientos, porque en la mayoría de los casos, la mala administración no era debida a los de abajo, sino a los de arriba.

La ponzoña política prendió en muchas villas y aldeas, y desde ese momento los Concejales eran, antes que nada, secuaces de un partido y servidores de una consigna, generalmente sectaria. De ese modo fue borrándose poco a poco el más leve hálito de ciudadanía en comarcas enteras, sojuzgadas dictatorialmente por una mesnada o un caudillo político influyente. El fenómeno tenía que concluir en un desastre: no otra cosa fueron las camarillas tunantes, y en ocasiones amorales, enseñoreadas de la vida municipal. Todo eso pudo ser al socaire de una ley centralista, que imponía a los Ayuntamientos, bajo la etiqueta falaz de providente tutela, una tiranía feroz y egoísta. Pero es bien seguro que no podrá retoñar en un régimen sanamente autonomista. Cuando los pueblos sean enteramente libres para darse sus administradores, sabrán escoger los más aptos. Cuando los administradores municipales sean personal e inmediatamente responsables de su gestión, tendrán que comportarse con celo y probidad. Porque esta es nuestra leal confianza, y porque sentimos profunda convicción democrática, damos el radical paso que supone el nuevo Estatuto municipal. Esperamos y anhelamos que los españoles todos sepan acogerlo con reverencia, aplicarlo con lealtad y fecundarlo con entusiasmo. Para ellos y para la Patria, a quien todos servimos, será el provecho, como en otro caso sería la desventaja.”
        
Este texto pertenece al Estatuto Municipal de 1924, encargado  durante la dictadura de Primo de Rivera al joven abogado José Calvo Sotelo, con lo que se quería “regenerar” la vida municipal y erradicar de raíz el caciquismo. El Estatuto no llegó a aplicarse porque las elecciones nunca se celebraron y los concejales y alcaldes fueron nombrados por los gobernadores civiles, a su vez designados por el Directorio militar.
        
Sin duda en estos momentos vivimos en democracia, pero si echamos un ojo a lo que decía aquel gobierno – que luego no cumple – y lo que nos dice el actual- que tampoco cumple- noventa años después seguimos igual. Lo que antes era feudalismo: ahora son los Rato, Bárcenas, Eres, Granados, Baltares, Louzanes y algunos alcaldes, más cerca de representar al feudalismo que al pueblo que los elige. El reparto de gorras y mecheros en las elecciones, se parece mucho a la cola que se hacía para recoger la peseta que en los días de fiesta repartía, bajo la sombra de un árbol, la marquesa a sus súbditos.
        
Se habla en el documento de la mala administración y que no era debida a  los de abajo sino a los de arriba. Les suena…! Todo este saqueo al estado se sigue practicando por los mismos y siguen siendo los mismos los que lo sufren, o sea, los de abajo.
        
Decía Bertolt Brecht: “No aceptes lo habitual como cosa natural, porque en tiempo de desorden, de confusión organizada, nada debe parecer imposible de cambiar”
        
Esto conviene no olvidarlo, ya que a veces intentan convencernos de lo contrario. Nosotros o la ruina…, y las cosas non son así.
        
En un momento como el actual hay que ponerse las pilas y luchar. Por seguir con el dramaturgo y poeta alemán, les dejo algo que a mi modo de ver es importante y que muchas veces no apreciamos en su justa medida. Luchar por tus intereses y los intereses de nuestros hijos es siempre lo más importante, y eso se hace desde la política, allí donde se legisla a favor o en contra de tus intereses.

“El analfabeto político es tan burro que se enorgullece y ensancha el pecho diciendo que odia la política. No sabe que de su ignorancia política nace la prostituta, el menor abandonado y el peor de todos los bandidos que es el político corrupto, mequetrefe y lacayo de las empresas nacionales y multinacionales”.


Pienso que este analfabetismo político que todos escuchamos a diario en  la calle, unido al “credo” político que nos inyectan los partidos en su propio beneficio y unas listas cerradas llenas de cachorros políticos hizo que llegásemos a la situación actual. Estoy seguro que eligiendo a nuestros representantes por sorteo, hubiéramos acertado mejor.

Publicado por Angel Varela Señoráns (Jubilado de Correos)

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