viernes, 14 de julio de 2023

Las mentiras se contrarrestan con hechos

András, 14 julio de 2023


Si hay una cosa clara, es que los debates presidenciales en España no se definen por la capacidad de los contendientes a la hora de ofrecer grandes pensamientos, ideas coherentes o argumentos sostenidos. 


Ni siquiera se caracterizan por la confrontación de los diferentes proyectos políticos o modelos de gestión que puedan proponer. Los debates de políticos en España son combates de eslóganes cutres y ofensivos como “que te vote Txapote”, o el pegamento “SúperVox”. 


En el que vimos el pasado lunes, hay un punto de partida importante que, posiblemente, Sánchez obvió. Y es que él no es un presidente provisional, sino el presidente del Gobierno de España en funciones y, como tal, estaba obligado a decirle al aspirante todo lo que ha hecho durante su mandato, porqué lo ha hecho y qué piensa seguir haciendo si renueva la confianza en las urnas. Eso es lo que no hizo Sánchez, contrarrestar con un mensaje positivo y propositivo todas las mentiras que vomitaba su adversario. 


Sabido es que Feijoo no tiene una idea de lo que quiere para España, y que lo poco que tiene claro, no lo va a decir. Su estrategia de embarrar el debate a través de constantes falacias para evitar una confrontación dialéctica seria, le ha funcionado. Todo ello, aderezado con un talante tranquilo, podría servirle para que los dudosos se echen en sus brazos.


Pero, si ocurre, será porque el presidente no supo vender sus logros, no tuvo la capacidad de llevar el debate al terreno de demostrar su gestión y las mejoras que, en el terreno económico y social, ha impulsado durante su mandato. El gobierno de Sánchez no es un gobierno con terroristas e independentistas, como dice Feijoo, sino un gobierno de coalición con Unidas Podemos, legítimo, democrático, plural y con capacidad de llegar a acuerdos con otras formaciones políticas. Esa es, precisamente, la mayor virtud de un Gobierno, la capacidad de pactar.


Un punto esencial era el asunto de la violencia machista porque, si hay algo que diferencia a la izquierda de la derecha, es en la defensa de las mujeres, de la igualdad y la condena del machismo. Una visión que, en sí misma, justifica una legislatura y es argumento suficiente para desenmascarar a cualquier adversario de la derecha. 


En ese aspecto, la visión que Sánchez, y el partido que representa, tiene sobre la violencia machista, es una idea clarísima que identifica qué tipo de democracia defiende. Con lo que ha costado llegar a dónde estamos, no se puede tratar el tema como un asunto colateral, por eso, que el presidente haya permitido que Feijoo saliese indemne, es decepcionante. 


Publicado en PontevedraViva.com el día 14 de julio de 2023


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