András, 10 Abril de 2021
¿Recuerdan el “apreteu, apreteu” de Torra cuando en Cataluña se multiplicaron los incidentes callejeros tras la sentencia del Tribunal Supremo por el intento de sedición en Cataluña? Pues Podemos ha hecho lo mismo con los que han salido a dar su apoyo a Pablo Hasél.
¿Y recuerdan lo que entonces le exigía el presidente Pedro Sánchez a Torra? Le pedía que, tanto el propio Torra como los miembros de su gobierno, condenaran los altercados sin paliativos porque, según palabras del propio presidente, “no hay causa que justifique el uso de la violencia en una democracia plena como la española”.
Pero la política es una actividad en la que la memoria tiene poca credibilidad y está, además, poco valorada. Por eso Sánchez desaprovechó la oportunidad que tuvo para hacer esto mismo que él le pedía a Torra. Es decir, condenar enérgicamente la violencia en las calles de algunos puntos de España y exigir a todos los miembros de su gobierno que hicieran lo mismo.
No lo hizo, al contrario, desde Podemos apoyaron y jalearon a esta gente que lo destrozan todo con la única excusa de definirlos como antifascistas. Parte que Podemos justifica la violencia siempre que se trate de ir contra el fascismo. Pero un buen demócrata condena siempre la violencia.
Podemos es un partido que forma parte del Gobierno de España, y ha renunciado a explicar a sus seguidores, que la vía democrática para evitar que un tipo que canta a favor de la violencia pague por ello con la cárcel, es cambiar la ley que esta en vigor. No organizar algaradas en la calle para exigir impunidad. Podemos ha preferido confundirse con el humo de los contenedores ardiendo y atribuir a los que salen a la calle a destrozarlo todo y a sembrar el pánico, la condición de representantes del malestar de la juventud por la baja calidad democrática de España.
Cambiar la ley, hacer leyes, reformarlas, ese es el trabajo del Parlamento. Por eso los partidos aspiran a tener el mayor número de diputados, porque son ellos los que pueden cambiar, por ejemplo, el código penal. Y en el Parlamento que hay actualmente, hay una mayoría suficiente para modificar las penas con que se castiga este tipo de acciones, ¿por qué no lo hace entonces?
Si no lo han hecho, es porque a los grupos parlamentarios no ha debido de parecerles que esta fuera una prioridad. ¿O es que alguien les ha condicionado para no hacer su trabajo? Puede que tengan otras urgencias y no se hayan dedicado a cumplir con aquello que, en campaña electoral, a algunos sí les parecía algo que se debía abordar.
Que Pablo Hasél esté en prisión depende únicamente de la aplicación del actual código penal. Aunque, posiblemente, lo más eficaz sería someterle a un curso intensivo de educación para la ciudadanía, para aprender a respetar a quienes no piensan como él, porque ha demostrado un enorme retraso en valores cívicos y democráticos. Por cierto, los mismos que están mostrando algunos dirigentes de Podemos.
Al margen del delito que puedan estar cometiendo, esta gente que está todo el día pensando en matar a quién no es de su cuerda, estas personas que banalizan el terrorismo, o el maltrato, o la violencia machista, lo que revelan es una condición personal miserable, e igual que hay personas que proyectan luz allí por donde pasan, hay otras que están podridas por dentro. También en política, ¿verdad, Pablo Manuel Iglesias Turrión?.
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