András, 09 Abril de 2021
Una de las
consecuencias más terribles de la pandemia, ha sido la devastación económica
provocada en los pequeños empresarios y, sobre todo, en los autónomos.
Éstos últimos, son siempre los primeros en sufrir las consecuencias de casi
todo. ¿Y quién los defiende? ¿Quién se ocupa de ellos? ¿Qué garantías
pueden tener de mejora, si con un gobierno socialista están como están?
Es descorazonador ver cómo, mientras ellos se hunden cada vez más, algunas multinacionales están ganando más dinero que nunca, alcanzando una posición de predominio en el mercado. En muchos casos además, infringiendo abusos laborales a sus trabajadores.
Hay un dato demoledor y que, bien pensado, debería ponernos a todos los pelos de punta. Amazon, por ejemplo, en 2020 obtuvo unos beneficios de 5.400 millones de euros en España. Pero el dato más sangrante es que, de de toda esa cantidad, solo cotizó al fisco español 261 millones de euros, lo que supone menos del 5%. Y todo ello, o buena parte al menos, a costa de la ruina de miles de pequeños comerciantes a los que la pandemia obligó a cerrar sus establecimientos.
No nos engañemos, esta situación es producto de la pasividad del poder político porque, el poder político, digámoslo sin paños calientes, está al servicio de estos grandes conglomerados transnacionales. ¡Menos mal que tenemos un Gobierno que se proclama progresista y defensor de las clases trabajadoras!
Por tanto, si esta y otras empresas, hacen esto, es decir, forrarse durante la pandemia, es porque hay una legislación que lo permite y lo ampara. Ni más ni menos. Y es esa legislación la ha facilitado su radicación y la adquisición de una posición de dominio a empresas que están devastando las economías nacionales y que contratan a sus trabajadores en unas condiciones ínfimas, obligándolos a un trabajo estresante, monótono y destructivo de la creatividad y la iniciativa personal.
A pesar del panorama tan desolador, la buena noticia es que tiene fácil remedio, y consiste en que el Estado recupere la posición rectora que tiene que tener en la economía para dejar de ser un lacayo del afán de lucro de grandes multinacionales que no ven más allá de su cuenta de resultados.
Por tanto, llegado la hora de que los gobiernos empiecen a legislar para impedir que actúen con esta posición de poderío. De lo contrario, estaremos en todo el derecho de pensar que están al servicio de estas multinacionales y que además participan de ese lucro desaforado que generan.
Publicado en Pontevedraviva.com el día 09 de Abril de 2021
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