Pontevedra, 01 Febrero de 2016
Hubo una época en la que
estaba mal visto presentarse a unas elecciones por un partido y luego votar a
otro una vez adquirida el acta. Pero ahora estamos en el tiempo de la nueva
política y los partidos viejos hacen cosas que nunca habían hecho. Al menos,
cosas que aunque se hubieran hecho, se criticaban y responsabilizaba de ellos a
los diputados díscolos por encima de las órdenes de partido. Ahora se ha puesto
de moda prestar diputados a otros partidos para que puedan formar grupo
parlamentario, para que estén presentes en la Mesa del Senado o del Congreso o
para elevar a los altares a un presidente independentista que pretende romper
amarras con el orden constitucional. Lo que antes eta transfuguismo, ahora es
altura de miras política. Los partidos han dado luz verde a los tránsfugas y
han legalizado el transfuguismo, y así ya no tienen que preocuparse por
explicarlo. Los tránsfugas que en el pasado hacían la puñeta a los partidos,
ahora son los que ponen cara a los acuerdos de necesidades. Ay, si Tamayo y
Sáez pudieran vivir estos tiempos de bonanza, seguro que con su sapiencia serían
uno de los más valorados.
Publicado en EL PAÍS el día 01 de Febrero de 2016
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