lunes, 8 de julio de 2024

Toca a muerto

András, 08 julio de 2024


Una de las pocas cosas que quedan de la vida de antes en la aldea, es el sonido de la campana de la iglesia de la parroquia cuando fallece un vecino. Cuando era un niño, escuchaba a mis abuelos que decían “¿quen morrería?", ahora soy yo quien se lo pregunta. 


Es curioso el efecto que el tiempo ejerce sobre las personas, cambiando la importancia de los acontecimientos. Todo lo que antes no me importaba, ahora me atrae e incluso me genera una gran emoción. Así es la vida, cuando eres joven crees que lo sabes todo y que todo lo que te rodea carece de importancia. Cuando te haces mayor, las cosas más insignificantes te parecen importantes y valoras las que antes pasaban desapercibidas. Quizás eso sea lo mejor de hacerse mayor, revivir mentalmente todo aquello que antes te parecía banal y entender lo que podían sentir tus antepasados.


Para mi, ahora todo son recuerdos, pequeños detalles que me transportan al pasado, a una vida en la que viví y que parecía un mundo totalmente diferente. Y es que ya han pasado más de cuarenta años, que se dice pronto.


Antes pasaban carros de vacas y ahora pasan grandes tractores, antes pasaba la gente andando y ahora en ruidosos coches, antes sonaba la campana y te entraba miedo porque el toque de la muerte, en sí mismo, era tenebroso. Ahora, con tanto ruido de coches, hay que hacer un esfuerzo para escucharlo.


Antes, la gente que pasaba se paraba a hablar. Ahora, van todos muy rápido, demasiado, sin saber siquiera dónde van. Pero pasan de largo y los saludos han pasado a la historia, convirtiéndose en algo extraño. 


No seré yo quien haga apología de aquella manida frase de que antes se vivía mejor, porque no lo creo. Sin embargo, sí considero que antes había cosas que se han perdido y que hoy serían perfectamente compatibles con los avances que nos han alcanzado y que, por supuesto, nos hacen la vida mucho mejor. Me refiero al contacto humano, algo que se ha perdido por la velocidad a la que nos han hecho ir.


Pues eso, que hoy suena la campana de la iglesia de András, que toca a muerto y que significa que algún vecino que ayer estaba vivo, hoy ha pasado al lado de los muertos y que mañana engrosará la larga lista de cadáveres del cementerio. Me gustaría que esa misma campana tocase por mí algún día, tarde, pero que tocase. Sería un honor formar parte del grupo de todas aquellas personas que conocí, que se fueron antes que yo y por los que las mismas campanas tocaron para anunciar su paso al otro lado. En András, toca a morto, ¿quen morrería?.


Campanario de András

No hay comentarios:

Publicar un comentario