András, 19 Marzo de 2021
España es un país acostumbrado a los terremotos, sobre todo en la zona sur, donde la actividad sísmica es bastante frecuente. Hace unos días, se produjo el último seísmo, con epicentro en Murcia, pero que tuvo en Madrid sus mayores repercusiones. Tanto, que ha supuesto un impacto en todo el territorio nacional.
En esta ocasión, el terremoto fue político y posiblemente más devastador para los intereses de la ciudadanía que cualquier movimiento telúrico de la corteza de la tierra que hayamos sufrido hasta la fecha. Consistió en un amago de moción de censura en Murcia, que provocó un adelanto de elecciones en Madrid, y acabó situando el combate por la presidencia de esta comunidad en el centro del interés político nacional.
El PP se desmarcó convocando elecciones en Madrid porque en Murcia le plantearon una moción de censura, el PSOE se quedó fuera de juego porque pensaba conseguir el poder en Murcia, pero los que se lo iban a dar decidieron, en el último momento, ejercer el noble arte del transfuguismo. Y la guinda la puso el vicepresidente del Gobierno de España, con un último golpe de efecto, anunciando que abandonará el consejo de ministros para competir con Ayuso en las elecciones autonómicas de Madrid. ¿Quién da más?
Y todo este lío que se traen, ¿en qué beneficia a la ciudadanía? ¿Saldrán de todos estos cambios algunas medidas nuevas para frenar el incremento del paro? ¿O traerán consigo, quizás, la agilidad necesaria para que las empresas cobren por los ERTES?.
Me temo que no, porque hace tiempo que la política ha dejado de ser un instrumento al servicio de la ciudadanía para convertirse en un problema. Un problema muy caro. Ellos siguen a lo suyo, en su mundo paralelo, donde todo es ficción, donde no hay problemas para llegar a fin de mes, donde no se habla de nada que tenga que ver con el interés general, sino de sus únicos y superfluos intereses.
Votaremos las veces que sea necesario hasta que salga el resultado que les convenga, porque todo responde a intereses partidistas, a conseguir el mayor número de diputados autonómicos para obtener una mayor cuota de poder y, también porqué no, para que el partido aumente sus ingresos.
Si en Madrid hay un gobierno estable, que nos vendieron como la gran solución, ¿qué importa lo que ocurra en Murcia? Más bien, ¿qué les importa eso a los madrileños? Y el vicepresidente del gobierno de España, que lleva apenas un año en el cargo, y que condicionó su presencia en el gobierno para que éste se pudiera constituir, ¿qué hace ahora cambiando de caballo a mitad de carrera?.
Conociendo a Iglesias, sabemos que detrás de esta decisión no se esconde ningún motivo de tipo altruista, y mucho menos lo hace por el interés de España. Pero él no es diferente a López Miras, Ayuso, o los tres tránsfugas de Ciudadanos que han provocado el terremoto.
Publicado en PontevedraViva.com el día 19 de Marzo de 2021
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