Tapedello, 02 Abril de 2017
El futuro del PSOE
Para el PSOE, estar gobernados por una gestora y tener tres candidatos a la secretaría general, hace que el partido tenga un perfil más tranquilo y menos agotado. Y eso posiblemente guste a los electores. Otra cosa será cuando llegue el momento de elegir al que lleve las riendas, y sobre todo, como será la relación del ganador con los perdones y sus afines.
El PSOE se enfrenta definitivamente a su futuro. Un
futuro que muy probablemente se haya jugado también en Vistalegre 2, donde las
guerras intestinas de Podemos han podido decantar a muchos de sus votantes
hacia el socialismo y hacer volver a otros tantos socialistas a casa. El PSOE y
Podemos están condenados a encontrarse, pero para ello los primeros han de
hacer un viaje a la izquierda y los segundos hacia el centro.
Mientras Susana apuesta por dejar gobernar a la derecha,
Sánchez propugna un gobierno de mayorías de izquierdas. ¿Cómo piensa gobernar
Susana si las mayorías absolutas parecen muertas? ¿Con quién piensa pactar?
Susana exigió limpieza en las primarias. Pudo haberlo
dicho el día ante de la presentación de su candidatura, cuando la propia
gestora se decantó por ella y le atizó todo lo que pudo a Pedro Sánchez.
El “ordeno y
mando”
Los partidos políticos son organizaciones sin democracia.
El ordeno y mando es preferido frente al pensamiento y la crítica. Pero no solo
por los propios afiliados, sino en general por la sociedad. Con el ordeno y
mando se ganan más elecciones y se gobierna mejor.
Han perdido
el norte
El independentismo catalán ha perdido la cabeza. Ser
nacionalista es legítimo. Defender a Cataluña como nación también. Pensar que
puede ser un estado independiente es una aspiración como otra cualquiera
siempre que se cumplan las leyes. Ahora bien, afirmar que España es como la Turquía
de Erdogán es de un desconocimiento y de una vaguedad mental sin límites. Lo
dijo Puigdemont en Harvard. Nunca aquellas paredes en las que se albergan tanta
sabiduría, tuvieron que escuchar palabras tan necias.
Si hay que ir
se va…
Rajoy fue a Cataluña a hacer lo que han hecho todos sus
antecesores: comprar la voluntad de los catalanes con dinero de todos los
españoles. De siempre se han dejado embaucar por dinero en forma de inversiones
multimillonarias y no sabemos si alguna cosa más. Ya sabemos aquello de que la pela es la pela. No hay nacionalista
que no se deje convencer con dinero de por medio. El problema, es que Rajoy,
con su singular manejo de los tiempos, ha cometido un pequeño error de cálculo,
y ha ido demasiado tarde a Cataluña. Puede que ahora ni con dinero consiga
apaciguar a las fieras independentistas.
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