Pontevedra, 07 Abril de 2017
En marzo de 2019
Gran Bretaña saldrá definitivamente de la Unión Europea. Un país que se subió al tren
europeo cuando éste ya estaba en marcha y en un momento muy delicado para ellos
porque estaban en plena crisis política y económica, saliendo de una
descolonización muy traumática.
Gran Bretaña ha disfrutado de enormes privilegios dentro
de la Unión. Entró con condiciones a la carta, con privilegios en seguridad, en
inmigración, no quisieron entrar en el euro, etc… Se les ha permitido de todo y
ahora no se les puede consentir que se
vayan sin más, al menos sin pagar la factura correspondiente. Una factura
que la Unión tasa en unos 60 mil millones de euros pero que los ingleses
rechazan diciendo que es Europa quien les debe a ellos 200 mil millones. Como
vemos, de momento las posturas no pueden estar más alejadas.
Se abren dos años de dura negociación, y posiblemente el
momento débil que vive la Unión Europea juegue a su favor. A ello se unen los
intereses económicos de las grandes empresas europeas, que sin duda ayudarán a
que la factura les salga más barata. Han
cogido de Europa lo que les interesaba, han salido cuando han querido y no
pagarán la factura que debieran pagar. Esperemos que nuestros
representantes europeos se muestren inflexibles y exijan hasta el último euro
de aquello que han recibido de más.
Theresa May no lo tiene fácil, pero seguro que finalmente
saldrá en su ayuda la economía, porque las empresas alemanas, francesas o
italianas con intereses en Gran Bretaña harán más fácil la salida y aflojarán
la factura a pagar.
Los promotores del brexit, se han metido en un buen lío,
porque de lo que le prometieron a sus conciudadanos al final habrá que ver que
queda. Sin duda pensaban que les iba a salir gratis, pero hay muchos aspectos que no calcularon y para los que no tienen
respuesta, a buen seguro porque no creían en que la ruptura se llevase
finalmente a cabo. ¿Que va a pasar con las economías, las aduanas o los derechos
de los ciudadanos? ¿Qué ocurrirá con los ciudadanos europeos que viven en el
Reino Unido? ¿Y con los británicos que viven en territorio de la Unión Europea?
¿Qué va a pasar con Escocia, que hizo un referéndum de independencia y ahora
tendrá que dejar la Unión por estar atados a Gran Bretaña? Plazos, justicia,
fronteras, derechos laborales y un largo etcétera de aspectos que sin duda
marcarán la agenda en los próximos dos años.
Pero la respuesta
europea ha de ser contundente y dura para dar ejemplo. Los nacionalismos
ultraconservadores europeos, que se propagan como el cólera y son euroescépticos,
no pueden tomar aire por una actitud laxa de la Unión Europea ante esta
decisión del Reino Unido. Si se quieren ir no hay problema, que paguen la
factura y adiós muy buenas.
Publicado en PontevedraViva.com el día 07 de Abril de 2017
No hay comentarios:
Publicar un comentario