Pontevedra, 23 Septiembre de 2016
Tras la calma estival llega septiembre,
que es un mes de mucha actividad. En
septiembre los niños regresan al colegio, aparecen los primeros fríos y lluvias
otoñales, y como las colecciones por fascículos, vuelven los casos de
corrupción a la palestra informativa. Bueno, vuelven unos pero aparecerán otros
nuevos. Griñán, Chaves o Rita Barberá
son algunos de los personajes que animarán el otoño. En septiembre, se iniciará
un rosario de juicios con muchos políticos investigados por diversos delitos, y
en estas lides PP y PSOE se llevan la
palma, sobre todo el PP, que no hay institución en la que no haya presentado
sus credenciales corruptas.
El carrusel judicial que se avecina
va a marcar el futuro inmediato de la vida política, tanto la posible
investidura aún pendiente, como la más que previsible celebración de nuevas
elecciones. Es inevitable que el vía crucis que va a vivir el bipartidismo en
los juzgados no influya en los posibles acuerdos. Otra cosa es como se tomen
esto los ciudadanos si tuvieran que volver a votar, porque por ejemplo el PP, con todo lo que ya tiene encima, y
sin haber resuelto bien los últimos casos de Soria y Barberá, sigue saliendo
demasiado bien parado en las encuestas.
La cascada de juicios explican
muy bien la crisis institucional y política en la que vivimos y en la que se ha
instalado el bipartidismo que ha gobernado el país en los últimos cuarenta años.
Pero ellos parecen no aprender y comenten el error de creer que las urnas
absuelven los casos de corrupción. Sobre todo Rajoy y los suyos, que
inexplicablemente, cuantos más casos salen a la luz, más votos obtienen. Y este
es precisamente uno de los nudos gordianos que impiden una salida a esta crisis
política. La corrupción es un lastre que
pesa sobre el PP y que impide que otros partidos le puedan ofrecer su apoyo,
pero este argumento, que a priori parece ser de peso, es contestado por Rajoy y
su partido diciendo que si las urnas han absuelto sus casos de corrupción, ¿quiénes
son ellos para creer lo contrario?.
El PP está convencido que la
mejora electoral que obtuvo en junio respecto a diciembre es la absolución de la sociedad a todos sus
pecados de corrupción, y por eso confían en que las nuevas elecciones les
otorguen un respaldo aún mayor. ¿Cómo se sustancian pues las responsabilidades
políticas en una democracia? Las penales deberán hacerlo los juzgados, pero las
políticas solo se sustancian dimitendo o siendo sustituido por tu superior
directo. Pero aquí, ni una cosa ni la otra. En el PP actúa como si ya estuvieran absueltos y ese es un error de
enorme magnitud.
Publicado en PontevedraViva.com el día 23 de Septiembre de 2016
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