András, 06 enero de 2023
Desde que hay datos estadísticos, las muertes de mujeres a manos de sus parejas ascienden progresivamente cada año, convirtiéndose en una lacra que, como sociedad, tenemos la obligación de zanjar de una vez por todas. Como sigamos así va a tener que imponer una alerta roja por el peligro de machistas sueltos.
Lo primero que tiene que quedar claro es que quien mata no es un extranjero, un español o un inmigrante. Quien mata es un hombre y quien muere, una mujer. Y quienes asesinan a una mujer lo hacen porque son asesinos, porque tienen la firme convicción de que necesitan matar a quien creen de su propiedad.
Esto es muy difícil de aceptar, pero quizás más complicado aún de comprender y, sobre todo, de interiorizar para muchas personas, que le cuesta asumir que quien mata a una mujer lo hace, básicamente, por el hecho de serlo.
Querámoslo o no, la sociedad está sustentada en códigos de dominación masculina sobre la subordinación femenina. Esto es algo asumido por la mayoría de la población y ha sido la base sobre la que se ha construido la sociedad durante tantos años, sobre todo durante los años oscuros de la dictadura.
Ahora tenemos leyes, protección, y la sociedad está cambiando, pero por mucho que se hayan abolido legalmente aquellas actitudes, todos sabemos que los códigos sociales estando ahí y transmitiéndose.
Tenemos igualdad de ley, pero todavía hay muchas barreras que romper y que obstaculizan los modelos mentales de mucha gente, y lo peor, que esos productos mentales continúan heredándose y dándole, de alguna forma, continuidad.
Acabar con el modelo hegemónico de la masculinidad va a costar décadas, posiblemente generaciones, pero, sobre todo, requiere que todos estemos en la misma línea de querer cambiar el modelo. Así, mientras existan sectores de la sociedad que no aboguen por la igualdad plena, empezando por la educación mixta, en todos los órdenes de la vida, seguiremos teniendo un problema de base. Si continuamos asignando al hombre un rol dominante y a la mujer un rol de sumisión, la violencia de género seguirá teniendo un campo en el que campar.
Por tanto, cualquier medida propuesta destinada a reducir esta lacra, debe de ser bienvenida. Cualquiera. Con los machistas asesinos no hay que tener freno a la hora de aplicar cualquier tipo medida. Listas de agresores, pulseras identificativas, arcos a la entrada de los bares que detecten a los agresores o señales de peligro alertando de su presencia… todo vale para frenar a los machistas asesinos de mujeres.
Publicado en PontevedraViva.com el día 06 de enero de 2023
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