András, 28 enero de 2023
Falleció Benedicto XVI, el Papa que se rebeló contra la tradición y no quiso que le jubilase la muerte. Hay que reconocer que fue bastante hábil, porque estuvo más años retirado que ejerciendo el papado, lo que demuestra que las explicaciones que nos dieron cuando dio un paso al lado, las que apuntaban a su aparente merma física, eran mentira.
No cabe duda, que más allá de su forma de pensar, más o menos conservadora desde el punto de vista de la ideología teológica, Benedicto XVI era un intelectual con un bagaje cultural ciertamente potente. Sin embargo, todo parece apuntar que, a pesar de su cercanía con Dos, era un hombre débil, y fue esa debilidad la que hizo imposible que llevar a cabo el mandato de dirigir la Iglesia Católica.
Posiblemente tenía la capacidad de diagnosticar los problemas que amenazaban a la Iglesia, pero no tuvo el valor suficiente para acometer los cambios necesarios. En definitiva, un intelectual con una gran capacidad e inteligencia no tiene porqué ser un buen dirigente. Esto le pasa a mucha gente en la vida, sin diferenciar si eres Papa o no. La inteligencia que importa es la práctica, no la especulativa.
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