András, 18 enero de 2023
Hecho: El jueves 12 de
enero, el vicepresidente de la Junta de Castilla y León, Juan García-Gallardo
del partido Vox, anuncia que se ofrecerá a los padres la posibilidad de
escuchar el latido del corazón del feto antes de tomar la decisión de abortar.
Lo anuncia como la medida de un protocolo consensuado y firmado en el seno del
Gobierno que comparte con el PP. Compareció acompañado del consejero de
economía que no le desmintió, y tampoco lo hizo el presidente de la Junta, Alfonso
Fernández Mañueco, del PP. Nadie le desmintió, a pesar del claro ataque a los
derechos de las mujeres.
Hecho: El domingo 15 de enero, el Gobierno de España envía un primer requerimiento, instando a la Junta a que se abstuviera de tomar ninguna medida que vulnere la normativa actual sobre el aborto, y advirtiendo sobre la posibilidad de actuaciones jurídicas.
Hecho: El lunes 16 de enero, comparece el vicepresidente de la Junta de Castilla y León y después el presidente. Lo hacen por separado y dan versiones diferentes de la situación. El primero insiste en lo mismo, y el segundo, que no acepta preguntas de los periodistas, genera todavía más dudas sobre si hay o no un protocolo acordado con Vox y qué va a ser obligatorio realmente. Uno afirma y el otro desmiente.
Hecho: El martes 17 de enero, el portavoz de Vox en el Congreso, el señor Iván Espinosa de los Monteros, no solo insiste en que hay un protocolo de actuación acordado entre ambos partidos, sino que amenaza con reevaluar el pacto de gobierno si no se cumple con lo acordado.
Hecho: El martes 17 de enero, habla el líder del PP, el señor Alberto Núñez Feijoo, y dice que toda esta polémica es fruto de un intento de manipulación por parte del Gobierno de España.
Hecho: El martes 17 de enero, el Gobierno envía un segundo requerimiento a la Junta de Catilla y León dándole un plazo de un mes antes de que actúe el Constitucional.
Hecho: El martes 17 de enero, el presidente Mañueco responde al Gobierno de España con una carta al presidente Pedro Sánchez, para decirle, entre otras cosas, que todo esto es una “cuestión ficticia”.
Opinión: ¿Es una cuestión ficticia lo que todos hemos escuchado de boca del vicepresidente de un gobierno autonómico? ¿Es una cuestión ficticia que el portavoz de su socio de gobierno en el Congreso amenazó con romper el pacto de gobierno si no se cumple con el protocolo pactado? ¿Es una cuestión ficticia que el propio Mañueco tardase tres días en hablar sobre el asunto con la polémica que se creó? ¿Es una cuestión ficticia que el presidente de un gobierno autonómico y su vicepresidente digan cosas diferentes sobre un asunto tan sensible? ¿Es una cuestión ficticia que, de no ser por la movilización mediática, este asunto habría pasado desapercibido? ¿Es una cuestión ficticia que han tenido que dar la cara y recular por ese mismo motivo? ¿Dónde está, en todo este asunto, la cuestión ficticia, señor Mañueco?
No la hay. Es todo real. Como lo son los fantasmas que nos amenazan a todos por su decisión de encamarse con la ultraderecha.
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