András, 01 Noviembre de 2020
Evitar la crispación es una responsabilidad de los gobiernos, es cierto. Pero no es menos cierto que evitar que el Jefe del Estado viaje a ciertos sitios para no molestar a quienes no lo consideran legítimo representante, es un enorme error porque, quizás sin quererlo, les están cargando de argumentos y justificaciones para continuar con sus reivindicaciones.
Se equivoca el Gobierno condicionando la agenda del Rey para no molestar a quienes tienen como principal objetivo la ruptura de la nación, porque trasladan una imagen de servilismo y dan la razón a quienes van contra dirección.
La visita del Rey a cualquier punto del país no es más que un acto de normalidad institucional. Todos debemos atacarlo y respetarlo como demócratas, porque todo lo que no sea así, será limitar la democracia. Cuando España sea una República, lo que ahora hace Felipe VI lo hará el presidente de la República y la normalidad democrática e institucional deberá ser la misma. Ser demócrata es ser respetuoso con lo que la mayoría que vota. A veces la izquierda debe recordar esto.
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