András, 08 Noviembre de 2020
El virus es más listo que los gobernantes
Si el virus no diferencia entre izquierdas y derechas, entre los del norte y los del sur, si no diferencia entre razas, nacionalidades o hemisferios, ¿por qué España está a la cabeza de contagios y muertos en el mundo? ¿Es que el virus nos tiene manía, o es que se mueve bien en una zona donde perdemos más tiempo discutiendo que luchando contra él? ¿Será que ha visto las debilidades de nuestros gobernantes?
Los únicos puros
A diferencia de lo que parecía, Abascal no se tiró a una piscina si agua en la moción de censura. Tenía una estrategia consistente en dar la sensación de que todos son iguales y que España está hecha unos zorros, para que la gente se hastíe, y para que sus votantes vayan cogiendo fuerza y aumentando por la desesperación de agarrarse a lo único que parece preocuparse por España. ¿Quería Vox por tanto la abstención del PP o buscaba realmente la pureza de ser la única alternativa de la derecha? ¿Buscaba quedarse solo en el panorama político? ¿Responde a una estrategia para aparecer como el único salvador de España?
Explíquense bien
Acusan desde la Xunta Sánchez de rebajar las inversiones en Galicia por los compromisos que tiene con “otros”. Por aquello de conseguir la aprobación de los presupuestos generales del estado y otras cosas. Vamos, que tiene que pagar los peajes que le permitan mantener el apoyo parlamentario. ¿Pero eso no es lo que hizo Rajoy regalando cientos de millones a los vascos en un intento desesperado de mantener el poder poco antes de la famosa moción de censura? Deberían explicar bien las cosas, porque sino, algunos se pueden dar a equívocos.
Soportar la presión
La bronca política sigue. No al nivel de antes de la aparición del virus, pero todavía hay quien no sabe hacer otra cosa. Es razonable que exista debate dentro de cada comunidad autónoma y entre ellas, incluso lo es que difieran con el Gobierno de la nación. Pero deberían diferenciar entre dos tipos de debate. El interno, que tiene sentido siempre y cuando sea para mejorar. Y el debate externo, que traslada a la opinión mundial una imagen de descoordinación y descontrol. En situaciones de crisis como la que nos está tocando vivir, se ve quien soporta y quien no soporta la presión y, en este sentido, algunos están dejando sus costuras a la vista con tremenda facilidad.
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