viernes, 12 de junio de 2020

La educación siempre lo último

András, 12 Junio de 2020

En otra cosa puede ser, pero en eslóganes campanudos no hay quién nos gane. Ahora estamos con la desescalada, una horterada de la factoría de marketing de Moncloa para definir la vuelta a la “nueva normalidad”, otro concepto absurdo, salvo que se refieran a la vida que les espera a quiénes han perdido familiares o el trabajo por culpa de la pandemia.  


Lo importante de la desescalada ya está claro, porque ya sabemos cómo pueden abrir los bares, las discotecas, los centros comerciales, sabemos cómo nos podemos colocar en las playas... En fin, lo esencial está todo controlado y previsto. Lo que no sabemos es cómo se reanudarán las clases a partir de septiembre, pero eso ya no es prioritario. 


Es decir, se está montando todo para que de aquí a unos días la gente se vaya de veraneo, pero desconocemos si los estudiantes podrán volver a las aulas y en qué condiciones. Total, ¿a quién le importa eso?


¿Es posible que a estas alturas aún estén dudando entre reabrir o no los centros educativos? Por supuesto que hay que reabrirlos, pero garantizando las medidas sanitarias mínimas, porque la vuelta a las aulas es algo inexcusable. Habrá que asegurar las distancias de seguridad, habrá que establecer unas ratios máximas de alumnos por aula, habrá que reforzar las dependencias para las clases presenciales, habrá que multiplicar la limpieza y la desinfección, habrá que contar con personal de prevención de riesgos laborales, habrá que aumentar las plantillas, habrá que desdoblar grupos... En definitiva, habrá que hacer lo que sea, pero habrá que hacer algo. 


Y todo ello costará dinero, por eso el Gobierno ha exigido que dos mil de los 16 mil millones que se van a repartir las Autonomías, se destinen a educación. Y por eso las Comunidades Autónomas no están de acuerdo, porque la educación es lo último para ellos. No es algo vendible, no sacan rédito político de desinfectar un colegio. Vende más subvencionar los hoteles de la playa que mejorar las condiciones sanitarias de los alumnos o contratar más personal educativo.


¿Por qué tienen tanto miedo a incurrir en deuda pública para educación si es algo que garantiza el bienestar en el futuro? No dejemos que este contexto sea una nueva oportunidad para recortar más todavía en educación que, junto con la sanidad, ha sufrido terribles recortes en los últimos años. Esta es una ocasión de oro para remontar y para darle a cada cosa la impotencia que realmente tiene. Acortemos los recortes y no los profundicemos. La cuestión es, ¿es esta la intención de los gobernantes?


Publicado en PontevedraViva.com el día 12 de Junio de 2020




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