András, 16 Agosto de 2019
Igual que los malos estudiantes, los políticos dejan para septiembre las asignaturas difíciles, y parece ser que la investidura de un presidente deben considerarla una de esas asignaturas, por eso lo están dejando para el último minuto.
En realidad no haya ni ganas, ni interés ni capacidad para llegar a un acuerdo que dote al país del gobierno que necesita. El presidente en funciones se ha pasado quince días hablando con agentes sociales pero, ¿para qué? ¿Son ellos los que le van a votar en el Congreso?
Se trata de dar la impresión que hace algo, pero que en realidad no hace nada productivo, solo propaganda y campaña para las próximas elecciones. Cuando sea presidente, es cuando lo queremos ver recorriendo España para hablar con todo el mundo y escuchándolos para tratar de resolver sus problemas. Pero entonces no lo hará, porque ya estará en su trono, alejado de la realidad y preocupado por mantenerse.
Por tanto, la posibilidad de que se produzcan nuevas elecciones cada vez es mayor porque parece ser que no son capaces de generar confianza entre ellos. Aunque no se trata de eso, sino de que los interlocutores políticos generen confianza hacia la sociedad.
Ir a unas elecciones es un escenario muy complejo, porque significaría poner en juego la desconfianza de la sociedad, y lo único que se estarían jugando es mover más los votos hacia uno u otro lado, incrementando peligrosamente el sentimiento de la anti política, reflejado en la abstención. Sería el reflejo de ver cómo los políticos fracasan por su incapacidad de hacer lo que les corresponde hacer, que no es más que entenderse en un escenario complejo como el que tenemos y que, la propia política ha provocado.
La política se ha fragmentado, la capacidad para llegar a acuerdos va a ser cada vez más compleja, van a tener que hacer permanentemente el esfuerzo de entenderse unos con otros y eso implica tener capacidad de negociación, y si no hay esa capacidad de negociación, no se van a poder urdir acuerdos en situaciones complejas.
Se trata de un escenario que va a ir a más en los próximos años y, por tanto, la política tal como la conocemos fracasa, con la consiguiente desconfianza de la sociedad.
El ejemplo más claro lo tenemos en Italia, donde hay un partido que está fomentando la anti política y capitalizando el descontento general de la sociedad. Esto deberían tenerlo muy en cuenta los partidos políticos españoles llamados a entenderse.
Publicado en PontevedraViva.com el día 16 de Agosto de 2019
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