András, 23 Agosto de 2019
El nuevo gobierno de la Comunidad de Madrid ha sido considerado por Pablo Casado como el “faro liberal” que les debe guiar en el resto de España, el espejo en que han de mirarse y el ejemplo de lo que quieren para el gobierno de la nación. Y en su discurso de investidura, la nueva presidenta, dijo “hoy empieza todo, desde luego para mi”. Sin embargo, se trata precisamente de todo lo contrario.
En realidad no empieza nada nuevo,más bien se trata de la continuación de lo peor de la política que ha esquilmado la comunidad durante muchos años. Con sus palabras, Ayuso solo trataba de desmarcarse de su pasado, algo que ya había intentado marcando distancias respecto a sus antecesoras en el cargo, Aguirre y Cifuentes.
Porque Ayuso se ha criado políticamente con Esperanza Aguirre, con Ignacio González y con Ángel Garrido. Se ha amamantado en el PP más corrupto de España, que lleva gobernando y saqueando la comunidad durante veinticuatro años y además, llega con una mochila llena de escándalos sobre los que no ha dado ninguna explicación.
En el nuevo gobierno de la Comunidad de Madrid, con el que no ha tenido ni la delicadeza de hacerlo paritario, hay algunos personajes que no tienen precisamente un pasado ejemplar. El nuevo consejero de justicia, Enrique López, fue apartadode la judicatura por sospechas de tratar de barrer a favor del PP, y ahora va a estar al frente de la Consejería en el mismo momento en que se van a juzgar los casos de corrupción que afectan a su partido. ¿Casualidad?
Además fue condenado por conducir una moto con una tasa de alcoholemia muy elevada, y no parece ser lo más recomendable para dar una imagen de ejemplaridad de nuestros gobernantes, sobre todo con la que está cayendo en los últimos años.
Lasquetty tuvo que dimitir por problemas en la Consejería de Sanidad en 2014 por tratar de influir a favor de la sanidad privada. Y Ángel Garrido es un tránsfuga pasado a Ciudadanos que ahora aterriza como consejero de un gobierno del partido del que fue expulsado.
En definitiva, una situación surrealista y lamentable. Pero lo que es realmente muy preocupante, es que Pablo Casado considere la recuperación para la vida política de personajes oscuros, personajes condenados por delitos graves y personajes apartados de sus funciones por supuesto trato de favor a su partido, como el faro que debe iluminar el futuro de España. Se debe referir al faro que nos va a cegar y a hacer que perdamos definitivamente el norte, porque si esto es lo que nos espera, mal vamos.
Publicado en PontevedraViva.com el día 23 de Agosto de 2019
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