Pontevedra, 31 Agosto de 2018
Lo único importante del accidente del Marisquiño sucedido en Vigo es la ausencia de heridos de consideración,que todo acabó en un susto y que, afortunadamente, todos los que allí estaban lo pueden contar. Por lo demás, todo acabará como una nueva crisis política donde las administraciones se tiran los trastos a la cabeza tratando de responsabilizar a la otra sin que nadie asuma sus propias obligaciones.
Todo ello, como consecuencia del calado de los políticos que tenemos, de la multiplicidad de administraciones y de la visión de los problemas en clave política en lugar de tratar de ver las posibles soluciones.
Los políticos se limitan a enviar las condolencias y a solidarizarse con la gente cuando ocurre un accidente múltiple como este, pero sin asumir la responsabilidad de lo que ocurre, no vaya a ser que con ello puedan peligrar sus cargos. ¿Asumir responsabilidades políticas? ¿Qué es eso? Como mucho acatar las decisiones judiciales (si las hubiera) y con matices.
Se echan la pelota unos a otros, como en la oca, de administración a administración, en un intento de confundir a la población, desplazan la bola caliente sin que lleguemos a saber claramente donde esta el origen del problema y quién se equivocó. En el único lugar donde nunca se sabe quién es el culpable, es en la administración.Para eso hay tantas y se solapan, para que los responsables se difuminen.
En el caso de Vigo, el Ayuntamiento carga contra los responsables del puerto, y éstos, contra los organizadores del festival. Es decir, nadie asume la responsabilidad.Ni el propietario de las instalaciones, ni el que las utilizó, ni el que concedió los permisos para que el evento tuviera lugar.
Estamos pues, ante un nuevo caso de libro. El típico caso de evacuación de responsabilidades al que nos tienen tan acostumbrados nuestros gobernantes. Todos se felicitan y se anotan el tanto del éxito, de que Vigo esté en el mapa, de la asistencia, de los participantes; pero si ocurre algo como lo que ha ocurrido, nadie se acuerda de nada y todos miran para otro lado. Seguro que algunos ni sabían que el festival se estaba celebrando.
Y mientras, los partidos de la oposición atacan con lo que tienen.Pidiendo comisiones de investigación unos, reclamando que el presiente de la Xunta tardó no sé cuántas horas en acudir al lugar del siniestrado, en fin, lo de siempre.
Los políticos necesitan carnaza para sobrevivir y este tipo de accidentes les vienen de maravilla.Suena duro, pero es así. Todos quieren tener su propia catástrofe, nada demasiado grave, pero si lo suficientemente importante como para demostrar, unos, que son capaces de gestionarlas, y otros, para atizar al contrario. Y los ciudadanos en medio, poniendo las víctimas y el dinero para pagarlo todo.
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