Pontevedra, 31 Octubre de 2016
El incidente con González y Cebrián en la Universidad Autónoma
de Madrid no admite interpretaciones y solo cabe calificarlo de lamentable y
condenarlo de forma rotunda. La Universidad debe ser un lugar de debate y de
confrontación de ideas a la vez que de aprendizaje. Si los que nos van a
dirigir en el futuro necesitan tapar su cara e insultar a aquellos de quienes
discrepan, mal vamos.
Por supuesto que hay derecho a la protesta, pero de forma
educada, ordenada y con argumentos, como se les supone a los que tienen un
mínimo de formación. Si para protestar es necesario insultar de forma cobarde
sin dar la cara, no es necesario que enviemos a nuestros hijos al colegio,
porque ya están suficientemente formados para hacerlo.
Y se equivoca Podemos poniendo paños calientes al acto, porque
estas situaciones hay que condenarlas de forma radical, sin medias tintas.
Podemos responde a todo atacando, sin percatarse de que cada problema es
diferente y que con la violencia no cabe la demagogia. Porque estos actos no
son conquistas sociales, sino violencia de personas de quienes se supone una
formación superior.
¿De qué sirve ser universitario si no saben discernir
entre un acto de reivindicación política y la violencia?
Publicado en LA VOZ DE GALICIA el día 31 de Octubre de 2016
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