Pontevedra, 13 Noviembre de 2015
Se acercan unas elecciones generales, y los partidos
políticos tratan de convencer a los ciudadanos de que son la mejor opción para
los próximos cuatro años. Buscan el poder para imponer su ideología y para
colocar a sus adeptos a dedo en puestos de trabajo a cargo del erario público. Para
ello necesitan movilizar al electorado
con promesas y con fichajes de última hora con los que atraer el mayor
número de votantes.
En mayor o menor medida, todos los partidos destacan por
realizar algún fichaje “mediático” con el que convencer a aquellos ciudadanos
que se fijan más en las caras que en las ideas. No en vano, los partidos tienen
sociólogos que les aconsejan y que son sabedores de la importancia que en una lista tienen los nombres, incluso por delante de
los programas.
Las encuestas son utilizados por los partidos para reorientar
sus objetivos y para dirigir el discurso hacia aquellos segmentos de la
sociedad que les dan la espalda. Uno de
los más activos en este aspecto es Podemos. Después de un despegue
histórico, últimamente la cosas no le están yendo tan bien, al menos no como
esperaban, y en buena medida se debe a su indefinición en temas importantes
como el de Cataluña.
Podemos ha hecho un viaje meteórico en apenas un año.
Pasó de no ser nadie, a encabezar las encuestas, y ahora han vuelto a caer al
cuarto puesto en intención de voto. Lo mismo le ha ocurrido a su líder, que de estrella mediática y gran gurú del
futuro político del país, ha pasado a ser un personaje aburrido, pastoso y con
poca gracia. Por eso Podemos ha tomado la decisión de acudir al mercado de
invierno para fichar.
En este sentido, hay que reconocer que han nacho fichajes
interesantes. Otra cosa es lo que puedan hacer, o les dejen aportar.
Incorporar a sus listas de candidatos al Congreso
al ex JEMAD José Julio Rodríguez ha sido
algo más que un golpe de efecto. Se trata de un militar prestigioso, pero además su presencia en las listas de
Podemos viene a incidir en el mensaje que vienen reiterando los líderes de esta
formación de que son capaces de contar con personas con distintos perfiles y de
un espectro ideológico amplio. Otra buena incorporación es la del constitucionalista Javier Pérez Royo, que se ha sumado esta misma
semana a la candidatura de Podemos y que será el número tres de la lista del
partido por Sevilla.
Con estos y otros fichajes, Podemos quiere situase en el
centro del interés político
al ver que para
poder acceder al Gobierno necesitaban algo más que las propias ansias de la
sociedad de cambio.
Sin embargo, cabe preguntarse ¿qué fue del carácter asambleario de la formación?. Los fichajes
pueden aportar a Podemos aspectos positivos, pero tienen que tener cuidado,
porque sus alianzas desconciertan a una parte del electorado e incluso a sus
votantes. Si personas como Julio Rodriguez o Javier Pérez Royo aportan cosas buenas
al partido, los acuerdos con la izquierda abertzale para formar parte de una
candidatura conjunta al Senado suponen un cierto revuelo y dejan a muchos un tanto
incrédulos. Todo ello se debe a la ambición de Podemos para llegar al mayor espectro
posible, y eso puede ser contraproducente.
No se pude contentar
a todo el mundo, hay que definirse y eso es lo que puede hundir a Podemos.
Publicado en PontevedraViva.com el día 13 de Noviembre de 2015
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