sábado, 21 de noviembre de 2015

Horror en Paris

Pontevedra, 20 Noviembre de 2015

Horror en el centro de Paris, donde un grupo de terroristas en nombre del mal llamado Estado Islámico, sembraron el pánico con decenas de muertos. El macro atentado que golpeó a la capital de Francia la noche del viernes, es consecuencia de muchos factores y de muchos años de conflicto mal afrontado y peor resuelto; aunque es responsabilidad absoluta de unos locos que dicen actuar en nombre de un dios que, de poder hacerlo, con toda seguridad condenaría sus actos. Pero también es consecuencia de la fatídica guerra en la que nos metieron Bush, Blair y Aznar cuando pactaron la invasión de Irak apoyados en informes falsos sobre las famosas armas de destrucción masiva.

Europa es objetivo de los radicales islámicos porque hemos avivado el avispero. Desde la famosa intervención, varios han sido ya los atentados ocurridos, con mucha muerte, en distintos puntos de Europa. Londres, París, Madrid y de nuevo Paris. Estamos en una situación de consecuencias impredecibles porque no sabemos dónde puede acabar todo esto. El terrorismo nunca es justificable, pero no se pude combatir invadiendo países y sembrando más dolor, más rencor y más odio. Por otro lado la respuesta de Europa es inexistente porque se está deshaciendo como un azucarillo, no hay una política común en temas básicos. No la hay en inmigración, en el tratamiento de los refugiados, y no la hay en terrorismo. Cada país hace lo que puede por su cuenta y así nos va.

Un asunto colateral de la masacre de París es el tratamiento mediático de este tipo de tragedias. Dudo de la necesidad de los enviados especiales al centro de la noticia en el mundo actual, donde todo está en la red, la presencia de enviados especiales deja de tener sentido. Al menos deja de tenerlo para hacer lo que hacen y decir lo que dicen. Estos días se suceden los programas en los que podemos ver micrófonos de todos los medios de comunicación a las puertas de Le Carrillón o la sala Bataclán. Y resulta curioso que los que más novedades ofrecen son los que están en plató. Ver a Garcia Ferreras desde la puerta del restaurante en el que se produjo el atentado hablando del tipo de comida que sirven, de los precios populares que ofrece, de la gente que suele frecuentarlo y señalando con el dedo las muescas de las balas que los fusiles de los terroristas dejaron en la fachada es simplemente, absurdo, innecesario y cargado de sensacionalismo y  amarillismo. “La gente ha aprovechado las cicatrices que dejaron las balas en los cristales para depositar sus claveles en ellas” – dijo Ferreras con una música tenebrosa de fondo. O ver el selfie de Carlos Herrera delante de la discoteca en la que se produjo el asesinato de 89 personas es lamentable y esconde un ego extraordinario y un afán de protagonismo fuera de toda duda.

En todo hay negocio. En el dolor, en la muerte, también. Los medios pugnan por ser los que más cerca de la masacre están, los que más medios ha puesto, los que más enviados especiales han desplazado, los que tienen las imágenes o las fotos más macabras.

El amarillismo de las cadenas nacionales contrasta con el apagón informativo de la TVG. Ni una cosa ni la otra. Mientras Europa tiembla por la barbarie terrorista y los medios de comunicación internacionales se vuelcan con informativos especiales, la televisión de Galicia programa Bamboleo.

Publicado en PontevedraViva.com el día 20 de Noviembre de 2015

Patético trabajo el de García Ferreras en Paris. Sensacionalismo y amarillismo rancio.

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