András, 24 marzo de 2023
Mucha gente se vuelve más conservadora a medida que va cumpliendo años. Es como una forma de recogerse en el ocaso de la vida, cuando las fuerzas ya no acompañan como antes y se empiezan a perder las ganas de luchar para reivindicar aquellos ideales que en la etapa joven les movían.
Es posible, por tanto, que hacerse un poco conservador puede formar parte de la esencia humana, y no es malo, siempre que se siga conservando la cordura y la esencia de lo que uno fue. Sin embargo, muchos emprenden ese viaje hacia la derecha de manera brusca, en un tránsito de no retorno y, aunque poco entendible, igualmente respetable, porque cada uno va y viene ideológicamente donde le da la gana.
Es el caso de Ramón Tamames, a quien la cabeza le ha dado un giro de 180º para pasar de ser diputado del Partido Comunista a presentarse como candidato a la presidencia del gobierno en una moción de censura representando y defendiendo las ideas de la ultraderecha. Es decir, Tamames ha hecho el viaje más radical, lo que podríamos definir como el, no va más, de los viajes ideológicos.
¿Qué pensaría sobre esto el Tamames del año 56 que fue encarcelado por los mentores de los que ahora apadrina? ¿Se le habría pasado por la cabeza en algún momento que 67 años más tarde estaría haciendo causa común con ellos en el Congreso? ¿Compartía entonces Tamames la idea de que la guerra civil que dio paso a la dictadura que lo encarceló por defender sus ideas, no fue fruto de un golpe de estado?
La ventaja que tiene ahora es que, a pesar de negar el origen de la dictadura y discrepar sobre la autoría de quien perpetró semejante fechoría contra la República, puede presentarse como candidato en una moción de censura de la mano de los herederos de quienes le encarcelaron, y puede hablar libremente y soltar por la boca todo cuanto se le ocurra sin ningún problema. No como antes, ni como pretenden que sean las cosas si, quienes lo han propuesto para la presidencia del gobierno, por desgracia, alcanzasen algún día el poder.
Lo dicho, hay viajes que deberían de estar prohibidos o, cuando menos, gravados con algún tipo de impuesto para que la gente se lo pensase mejor antes de aventurarse en ellos. En todo caso, el que Tamames emprendió cuando tomó la decisión de aceptar semejante tarea, es, sin duda, la peor decisión que ha podido tomar en su dilatada existencia, y se ha convertido en su propio viaje a ninguna parte. Una triste forma de cerrar una vida.
Publicado en PontevedraViva.com el día 24 de marzo de 2023
No hay comentarios:
Publicar un comentario