András, 07 Octubre de 2022
Los feriantes de la tómbola tratan de
llamar la atención de la gente incitándoles a comprar boletos que, aunque
aparentemente iguales, todos contienen premios diferentes. Ahora, los que
vociferen son los políticos, animándonos a escoger entre una gran variedad de
sobres sorpresa cargados de formidables rebajas fiscales. ¡Anímense, señoras y
señores! ¡En la feria de la política, se ha puesto en marcha la tómbola
fiscal!
A pesar de que estamos en un Estado que llamamos autonómico, en realidad, lo que tenemos es un Estado Federal en toda regla, con diferentes gobiernos, diferentes ideologías, incluso diferentes competencias. Y es precisamente ahí donde entra en juego la gestión de cada uno, en la mejor o peor administración de esas competencias. Esto es perfectamente legítimo.
Lo que no parece tan legítimo es vendernos la moto de una bajada de impuestos a la vez que se nos dice que los servicios públicos no se van a ver disminuidos. Esto, además de ser mentira, es imposible, y es una práctica habitual de la derecha española que, en este aspecto, se aleja bastante de sus socios europeos.
Por ejemplo, mientras países de nuestro entorno tienen tipos impositivos máximos de hasta el 45%, el PP en España lo considera un atraco. O el famoso impuesto de patrimonio, que cotizan todos los ciudadanos de algunos países europeos gobernados por los conservadores, sin embargo, aquí ya sabemos cuál es su idea.
En España necesitamos médicos, enfermeros, profesores, jueces, policías... Por no decir que nos gastamos cada mes más diez mil millones de euros en pagar las pensiones. ¿De dónde cree la gente que sale todo eso? Si queremos tener un Estado del bienestar con una sanidad y una educación de calidad, pensiones dignas, autovías y AVE en todos los puntos de España, tenemos que pagar impuestos. No queda otra. O, por el contrario, ¿preferimos el modelo que quiere el PP, inspirado en el sistema americano de impuestos cero y el sálvese quien pueda?
Afortunadamente, es posible que la percepción que tiene la sociedad en este asunto sea bastante más realista y sofisticada que la colección de consignas burdas que se lanzan desde los partidos, que parecen estar convencidos de que conseguir votos consiste en tratar a la gente como tontos, por eso, esta subasta de premios e incentivos fiscales no funcionará, no solo como medidas de gobierno, sino, siquiera, como reclamo electoral.
Esta música de bajar los impuestos la interpreta muy bien el PP porque sabe que es un producto que se compra con facilidad, sobre todo si no se explican las consecuencias. Es decir, nos administra una medicina fácil de consumir, pero sin leernos las contraindicaciones. Eso, en castellano de toda la vida, se llama cancamusa.
Publicado en PontevedraViva.com el día 07 de Octubre de 2022
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