András, 16 Octubre de 2022
¿Código qué?
Parece ser, que el código ético del PSOE prohíbe a sus afiliados solicitar indultos para otros que han sido condenados por corrupción. Hasta aquí todo bien. Sin embargo, permite que un afiliado que está en el Gobierno pueda concederlo sin mayor problema. Si el sentido del código ético es no conceder privilegios a quienes han sido condenados por corrupción, ¿qué diferencia hay entre solicitarlo y concederlo? ¿No es, si cabe, más grave todavía lo segundo? En definitiva, se trata de un código ético a la carta, como todo lo que hacen los políticos. Doble vara de medir, doble moral, doble criterio, doble jeta…
No como aquí…
La UE quiere retirar las subvenciones concedidas tras la pandemia a Polonia porque, al parecer, existen dudas sobre la independencia de la justicia en aquel país. No como en España, que el poder judicial no está nada contaminado ni condicionado por el poder ejecutivo, ¿verdad?
¿Qué triste!
Qué triste es aprobar una oposición para acabar ejerciendo de caco con uniforme de policía. Es lo que les pasa a los guardias civiles que son obligados a esconderse para actuar como vulgares rateros a la caza de algún despistado. Agazapados en coches oficiales, escondidos como vulgares delincuentes que tienen algo que esconder, se internan entre la maleza para engañar a los que están trabajando. Si, como dicen, lo que pretenden es disuadir y vigilar la conducción, con su sola presencia en las carreteras es suficiente.
El juego de los impuestos
Utilizar el asunto de los impuestos para competir entre comunidades autónomas no es legítimo. Primero fue Andalucía, anunciando una rebaja fiscal en el impuesto de patrimonio, y detrás han ido cayendo como moscas todas las demás, para ofertar nuevos productos, cada cual más rocambolesco que el anterior, en una absurda competición. Convertir los impuestos en un asunto más de la carrera política, con el único interés de utilizarlo como señuelo para la caza del voto, solo puede traer la descapitalización de las arcas públicas con su consiguiente mengua de los servicios públicos.
Cuanto tiene razón tiene razón
En este caso Alfonso Guerra cuando, refiriéndose a los abucheos al presidente del Gobierno, dijo que hay quién aplaude al presidente y quién lo hace a una cabra, y que, por tanto, cada uno elige a quién cree que mejor le representa. Totalmente de acuerdo. Pitar al presidente del gobierno en un acto institucional como el del 12 de octubre es legítimo, entra dentro del derecho a la libertad de expresión. Hasta ahí ningún reproche. Sin embargo, quienes lo hacen, son aquellos a los que se les llena la boca hablando de los símbolos patrióticos, haciendo de ello casi bandera exclusiva. Por tanto, pitar a los representantes de la soberanía nacional, debería de considerarlo antipatriótico. Lo que ocurre, es que les pesa más el autoritarismo que la democracia, por eso solo pitan a los presidentes que no son de su cuerda. Esa es la democracia que quieren. Ojo.
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