miércoles, 16 de marzo de 2022

No es huelga, es violencia

András, 16 Marzo de 2022

Reconociéndole a todo el mundo el derecho a la protesta y a la huelga, incluso el derecho a ejercer presión mediante los famosos piquetes informativos, no es menos cierto que cada vez que hay una huelga, las cosas se le suelen ir de las manos a los convocantes, con mucha gente que aprovecha los momentos de confusión para, camuflados entre la manada, sacar a pasear sus instintos más perversos, consistentes normalmente en la agresión física y verbal.

Tampoco es mentira que, en casi todas las manifestaciones y expresiones del derecho a la huelga, se suelen producir incidentes violentos, todos ellos, totalmente condenables por la injusticia que suponen.

Sin embargo, es perfectamente meridiano que, en las huelgas de determinados sectores, la violencia está incluso por encima de los propios derechos y reivindicaciones que puedan demandar. Es decir, se manifiestan de manera tan violenta que lo que provocan es que se deje de poner el foco en lo importante. Uno de los sectores especialmente violento es el del transporte. No hay más que ver las imágenes y los audios que estos días nos ofrecen todos los medios de comunicación, para darse cuenta de los excesos que destilan.

Los piquetes informativos de los colegas transportistas son todo menos informativos. Salvo que por informar se entienda la amenaza, el insulto, el descalificativo personal, la agresión física o la quema de camiones. Teniendo razón en sus demandas, la pierden por las formas que utilizan, provocando rechazo y condena absoluta por su manera de actuar.

Por cierto, hacen mal los medios que califican estas actitudes como “incidentes” cuando lo que realmente son es violencia pura y dura. El derecho a la huelga lleva aparejado consigo otro tan importante o más que este, que es el derecho a no ejercer la huelga, es decir, al trabajo.

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