András, 12 de noviembre de 2021
Seguimos a
vueltas con la reforma laboral. Unos para defender que se mantenga lo que hay,
y otros para prometer lo que no pueden hacer. Es evidente que la actual ley ha
provocado una precarización de las condiciones de los trabajadores, pero no es
menos cierto que todas las reformas laborales que se han hecho en España, de
alguna manera, han erosionado las garantías laborales. Por cierto, ¿no es
de eso de lo que se trata?.
Pero la precarización no es fruto únicamente de la legislación, se debe también a la existencia de un tejido empresarial muy precario. Tendemos a pensar que el empresariado está compuesto por multinacionales y grandes empresas, sin embargo, no es así. Hay una legión de autónomos con pequeños negocios de los que muchas veces no se habla, pero que tienen un peso muy importante en el tejido empresarial. Por eso es tan complicado poner orden en nuestra realidad laboral, porque la precariedad alcanza a todos los actores implicados.
En este asunto todos los gobernantes han actuado con demagogia, mirando más hacia al mitin que a la realidad. Porque para atacar una reforma laboral de forma concisa y realista, lo primero que hay que hacer es observar la realidad.
Y en estos momentos, por los condicionantes europeos, es evidente que España no tiene soberanía suficiente para impulsar una legislación laboral.
Por eso es demagógico el presidente del gobierno cuando habla de la derogación de la actual ley y, por supuesto, también la ministra de trabajo cuando dice que el presidente debe aclararse respecto a este asunto. Que pierda cuidado, porque al presidente del gobierno ya se encargan de aclararlo desde Bruselas.
La única que ha tenido un poco de claridad en el asunto desde el principio, ha sido la ministra Calviño, básicamente porque es una mujer al servicio de Bruselas y sabe perfectamente lo que les permiten y lo que no les permiten hacer desde allí. Ella lleva desde el principio diciéndole a Pedro Sánchez lo que hay que hacer y recordándole donde están sus obligaciones en este asunto, pero él hace el juego de mantener la esperanza con Podemos para que no se rompa la coalición de gobierno.
Lo que afecta a cambiar el modelo laboral no se puede hacer desde el frentismo político, sin racionalidad o un mínimo de objetividad. Pero aquí, cada uno se coloca en su posición ideológica, y a partir de ahí es imposible construir nada.
Publicado en PontevedraViva.com el día 12 de Noviembre de 2021
No hay comentarios:
Publicar un comentario