András, 17 Abril de 2020
La sociedad española se está preparando para una nueva crisis económica. La segunda en poco tiempo, y cuando muchos aún no se habían recuperado de la anterior. En esta ocasión además, la pérdida de vidas por la crisis sanitaria supondrá un factor añadido tremendo de desasosiego a la angustia de la pérdida del trabajo.
El confinamiento está siendo un claro reflejo de las enormes diferencias que tenemos, y nos muestra la gran brecha que existe en la sociedad española. No es lo mismo pasarlo en una casa de 200 m2 que en un piso de 60. No digamos ya quien dispone de jardín. Hay niños que pueden continuar con su escolarización y otros que no pueden porque no tienen wifi en casa o aparatos tecnológicos. Y todo esto también ha de servir para plantearnos cómo vamos a abordar solidariamente este problema.
La crisis sanitaria es un factor de angustia brutal, sobre todo para quienes la padecen, pero también lo es para quienes no la sufren, porque se percibe una fisura colectiva que está provocando un impacto emocional muy grave sobre el conjunto de la sociedad.
De todo esto sólo se sale con unidad, política y social. Y no hay más remedio que acudir a un mayor endeudamiento del Estado, que ya de por sí tiene las capacidades mermadas. Pero debe endeudarse más para tratar de dar soluciones a la situación de crisis económica que sigue a la sanitaria. Y habrá que apoyarse mucho en la ayuda europea, no solamente en la ya comprometida, sino en la que puedan llegar a acordar en el futuro para lograr fondos específicos y estructurales en relación con el desastre que ha provocado esta pandemia.
Estamos pues, en una situación tremendamente complicada, donde quien ha de tomar las decisiones está sumido en una situación realmente dramática. El problema es que en un país peleado hasta el extremo al que hemos llegado aquí no ayuda para resolver la situación.
Si no somos capaces de presentar un programa estratégico de qué queremos hacer, un plan conjunto, acordado y con todos los partidos y agentes sociales de acuerdo, ¿qué esperamos de Europa?. Somos un país peleado sumido en constante recuerdo del pasado y que intenta propagar la extrema derecha. El panorama no puede ser más desolador.
Publicado en PontevedraViva.com el día 17 de Abril de 2020
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