András, 12 Abril de 2020
No hay manera
Los políticos no aprenden, siguen a lo suyo, incapaces de ponerse de acuerdo en algo que debería ser básico, la salud de los ciudadanos. Ellos siguen con sus peleas partidistas y ni siquiera son capaces de trasladar a la sociedad una mínima imagen de unidad. Seguramente ahora, teniendo en cuenta el contexto nacional y, sobre todo el europeo, lo que toca es un pacto transversal. Y deberían hacerlo empezando por lo más sencillo, como se hace en todas las negociaciones. Lo primero es prepararse para una posible repetición de esta pandemia, para una segunda oleada. Hay que ir de lo menos a lo más. Pero es complicado que se pueda alcanzar un nivel razonable de acuerdo porque no tienen vocación de pacto. Es triste, pero es así. Ni en España, ni en Europa.
No hay mal que por bien no venga
Han alargado el confinamiento, como mínimo hasta finales de abril y por una vez, la lluvia que ha venido con la Semana Santa sea sido una buena noticia para algunos. Para los trabajadores del campo, que ya era hora de que tuvieran una buena noticia y que algo se pusiera de su lado. Es la primera vez que los telediarios celebran el mal tiempo en estas fechas.
¿Cómo se entiende esto?
¿Cómo se puede estar debatiendo y votando la aprobación de un Real Decreto el mismo día que vence su vigencia?
Propaganda
Escuchando a los políticos en estos días, nos damos cuenta del talante electoralista y oportunista con el que se despachan. Tras un primer momento de susto por el número de fallecidos, parece que ya se han acostumbrado y van a degüello con el adversario. Cada uno propone la medida más inverosímil que se le ocurre sin, tan siquiera, pensar, y mucho menos, explicar de dónde sacarán el dinero para pagar todo lo que se propone. Lo único que vale es la propaganda.
Será como una ruleta
Estamos ante la mayor crisis que hemos sufrido desde la guerra civil. Vienen tiempos de paro galopante. Mucha gente va a perder sus puestos de trabajo. Los parados se van a multiplicar por miles. Escuchando todas estas afirmaciones tan lapidarias (todas ellas literales de boca de quienes tienen la responsabilidad de evitarlo), pensamos en la suerte que tenemos que estar de un lado y no del otro. ¿Pero qué piensan los que están del otro lado?
Mal momento para morir
Nunca es un buen momento para morir pero ahora, si cabe, todavía peor. El que fallece en esos tiempos está condenado además, a hacerlo sin el acompañamiento de sus familiares, y se ve abocado a un entierro limitado en acompañantes. Malos tiempos para morir... como siempre.
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