András, 24 Abril de 2020
¿Tenemos el peor Gobierno en el peor momento? ¿No da la sensación de que no contamos con un Gobierno unido, y que van por detrás en las medidas que se están adoptando? Las peleas en el Consejo de Ministros por el poder, y las disputas por ver de qué partido es el ministro que adopta la medida más social o la más acertada, no es lo que necesitamos ahora.
Lo peor que le puede pasar a los ciudadanos en una situación de extrema gravedad como esta, es que pierdan la confianza en el Gobierno, porque si dejamos de confiar en quienes se supone nos deben sacar del atolladero, estamos perdidos.
El problema de fondo es que este Gobierno, como lo haría cualquier otro, con cada decisión mira de reojo el daño que le puede ocasionar al partido. Por eso no se toman las medidas a tiempo, porque se duda, y por eso tampoco se consensúan con la oposición, porque se teme que el mérito sea compartido.
Pero la oposición no le va a la zaga. Hace lo mismo y también podemos decir que tenemos la peor oposición posible en el peor momento posible. Se dedican a azuzar, a poner palos y a desestabilizar todo lo que pueden. Ellos están en derrocar al gobierno actual, no en ayudar en la solución al problema.
En todo caso, la mayor responsabilidad la tiene quien gobierna, que es quien debe tomar decisiones y buscar consensos. Y, supuestamente, en una situación de este calibre, lo más inteligente para un gobernante sería buscar la complicidad, la ayuda y el respaldo de todos los partidos políticos. Eso es lo que hace un dirigente que tiene un enorme problema que resolver y que sabe que él solo no podrá hacerlo.
Estamos ante una crisis que afecta a las personas, no hablamos de disputas políticas o de luchas de poder; mucho menos de diferencias territoriales, y esa visión la tiene que tener, sobre todo, quien gobierna.
De nuevo, PSOE y PP han perdido una ocasión de oro para mostrarse como los partido de Estado que dicen ser. Como unos partidos solidarios, leales y, además, comprensivos y humildes. Con capacidad para ver que en estos momentos difíciles los adversarios lo son solo eso, adversarios políticos, pero que, ante todo, son compatriotas. Pero ellos siguen a lo suyo que, de nuevo, no es lo de todos.
Con dirigentes de altura, España no sería lo que es, sería mucho más. Porque tenemos una ciudadanía impecable, que adopta y ejecuta lo que se le pide sin apenas rechistar. Pero nos fallan los que ponemos a dirigirnos y, sin equipo, no podemos jugar este partido que se antoja de los más importantes de nuestras vidas.
Publicado en PontevedraViva.com el día 24 de Abril de 2020
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