viernes, 3 de abril de 2020

Nos harán lo mismo que ven

András, 03 Abril de 2020

El COVID-19 está siendo especialmente agresivo con los ancianos, con las personas de edad avanzada y que presentan patologías graves previas. Los centros de mayores se han convertido en auténticas ratoneras donde nuestros mayores caen como moscas ante el implacable y mortífero virus.

Ya es triste estar hospitalizado sin que te puedan visitar, y mucho más debe serlo morir sin el calor de tus seres queridos. Pero que ambas circunstancias se den mientras estás agotando tus últimos días en una residencia, es desolador, casi inhumano.

Quizás no es el momento, pero tras esta pandemia que nos tiene a todos paralizados, deberíamos replantearnos porqué tantos mayores tienen que estar encerrados en residencias como si fueran un estorbo. No dudo qué son tratados y cuidados de la mejor manera, ni de la capacitación, e incluso el cariño, con que muchos profesionales desempeñan su tarea en esos lugares. ¿Pero no hemos convertido las residencias de mayores en morideros en los que aparcamos a nuestros mayores? ¿Los hemos utilizado mientras nos han hecho falta y ahora, que ya solo suponen un problema, los alejamos de nosotros para que mueran solos?

Su generación no tenía estudios, apenas recursos, sobrevivieron a una guerra y una postguerra, han trabajado como bestias, nos han traído hasta aquí y han sido nuestro sustento cuando la crisis nos golpeó brutalmente. ¿Y ahora les pagamos así?

Algo falla en nuestra sociedad. Parece que los avances tecnológicos, el desarrollo económico, el estado del bienestar nos han hecho más fríos, más inhumanos y más egoístas. Nuestros padres y abuelos no sabían tanto de redes sociales, pero se cuidaban unos a otros y eran más solidarios. Antes, los mayores no eran una carga, eran un orgullo y una responsabilidad. Ahora parece que son un problema.

Es verdad que muchas veces se hace imposible tenerlos con nosotros, pero de eso hemos pasado a prácticamente abandonarlos, sin tan siquiera replantear las diferentes posibilidades que pudiera haber. 

Cuando toda esta crisis pase, cambiarán muchas cosas; cambiaremos la forma de relacionarnos, cambiaremos hábitos, cambiará la economía, cambiarán los modos de vida, y cambiarán las familias, porque muchos seres queridos se habrán quedado por el camino por algo que, posiblemente, se podría haber evitado. 

Y deberíamos tratar de cambiar también la relación que mantenemos con nuestros mayores. Ellos nos lo han dado todo y nosotros vivimos pensando única y exclusivamente en nosotros. No abandonemos a quienes nos lo han dado todo, o harán lo mismo con nosotros quienes ven tales actitudes.

Publicado en PontevedraViva.com el día 03 de Abril de 2020



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