Pontevedra, 04 Mayo de 2018
El PP está en problemas. Vive en un momento de constante confusión, con un líder desgastado, un Gobierno agotado y un partido que que va de tropezón en tropezón.
Es evidente que han entrado en una dinámica negativa, todo le sale mal y ni siquiera son capaces de rentabilizar los errores de la oposición.Como los equipos de fútbol, en política también se trata de ciclos y el PP parece que está finalizando el suyo. Se le intuyen tiempos de oposición, de estar en un segundo plano a la sombra de otros que esperan su momento.
Madrid es el ejemplo perfecto de lo que es el PP en la actualidad. Tres de los cuatros últimos presidentes investigados por corrupción, incluso uno de ellos ha estado en prisión, el partido sin gobierno, a las puertas de unas elecciones y sin candidato porque no saben si quemar a uno con poco peso o a un primer espada,ya que pongan a quién pongan, acabará fulminado.
¿A qué se debe esta debacle y, sobre todo, quién es el responsable de la misma? En un partido como el PP, donde hay uno que manda y ordena, donde se elige a los candidatos a dedo y donde se practica el seguidismo al jefe, parece claro que para los éxitos y para los fracasas, a quién hay que apuntar es al líder, a Rajoy;cuya única virtud hasta el momento, ha sido la de la resistencia pasiva, mirar hacia otro lado y no hacer nada a la espera de que los problemas se resuelvan solos. Eso que se ha tratado de vender como el manejo perfecto de los tiempos.
Y no le ha ido mal, pero ahora, la cantidad de problemas y, sobre todo, la gravedad de los mismos, le están dejando en evidencia y a su indolencia se une el bloqueo mental de quien se sabe incapacitado para tomar decisiones.Rajoy es el principal responsable de todo lo que le ocurre al PP y, lo peor, de lo que le ocurre al país, porque nos ha arrastrado a todos.
Sin duda, su mayor ejemplo de ineficacia es la falta de gestión en el problema catalán. Ha dejado que el asunto creciera como una bola de nieve trasladando el problema a la justicia.
Ha subestimado el liderazgo de Rivera al frente de Ciudadanos. No le otorgó la importancia que tenía porque pensaba que sería flor de un día. Pero tras las elecciones catalanas, donde los naranjas le dieron un baño a los populares, llegarán las generales y ahí el mordisco puede ser definitivo. Rajoy no quiso ver que Ciudadanos pesca en el mismo caladero que el PP.
Rajoy no ha sabido manejar el asunto de la corrupción. Caso tras caso, la respuesta y la forma de afrontarlos siempre ha sido la misma, culpando, en el mejor de los casos, a las personas involucradas y demostrando una ceguera absoluta. La corrupción no son casos aislados, la corrupción es sistemática y endémica en el PP,y en vez de afrontarla y adelantarse en la respuesta, lo que ha hecho ha sido matar al mensajero y aplicar su única receta, esperar a que escampase.
Tras su cara de despistado, Rajoy dirige el partido con mano de hierro, sin aceptar críticas y donde todos los demás aceptan un modelo presidencialista en el que los congresos se hacen a la búlgara y la elección de candidatos a golpe del dedo divino del líder. No se ve en un horizonte cercano ningún tipo de cambio o renovación y el único candidato a suceder a Mariano parece ser el propio Rajoy. Es decir, ahora más que nunca, cuando peor, mejor.
Publicado en PontevedraViva.com el día 04 de Mayo de 2018
No hay comentarios:
Publicar un comentario