viernes, 27 de abril de 2018

Adoctrinamiento en Cataluña

Pontevedra, 27 Abril de 2018

La Fiscalía ha denunciado a nueve profesores por humillar a hijos de guardias civiles por los actos del 1-O en Cataluña. Si se toma uno el tiempo para leer el informe, lo más probable es que se estremezca y sienta vergüenza.Porque no se trata de un caso de dos profesores que se les caliente la boca o que pierden los nervios, sino que se trata de una acción totalmente organizada, planificada y dirigida desde la propia dirección del centro, y además, alentada por las propias autoridades de la Generalitat.

Es más, no se trata de una actitud imprudente por parte de los profesores, sino que es un comportamiento directamente sádico, de una operación de acoso en toda regla orientada a humillar a niños y enfrentarlos primero con sus compañeros (que afortunadamente reaccionaron con mucha más madurez que sus profesores), y segundo, con sus propios padres. En cualquier lugar civilizado del mundo, el director del centro estaría en la calle y los profesores en su casa explicándoles a sus hijos como han perdido su trabajo.

Pero no estamos ante una situación novedosa, esto no es algo nuevo que haya ocurrido ahora. Han tenido que pasar siete meses y moverse el fiscal para que esto apareciese de nuevo en la escena pública. En todo este tiempo, no ha habido una sola autoridad política que se haya sentido en la obligación, como mínimo, de personarse en el centro y mostrar una mínima solidaridad.

Luego nos quejamos de la judicializarían de todo, pero es que algunas veces, si los jueces no actúan, los políticos miran hacia otro lado. Sería interesante conocer la opinión del Conseller en funciones, el señor Méndez de Vigo, a la sazón ministro del Gobierno de España.

El caso es que el nivel de fractura de la sociedad catalana es el peor legado del procés. Políticamente las cosas volverán a su cauce más o menos normal, pero el virus del odio que han inoculado en la sociedad no se cura tan fácilmente,sobre todo porque seguirán fomentándolo y propagándolo. 

No podemos seguir dando la espalda a la situación del sistema educativo en Cataluña.Tendremos que reconocer de una vez por todas, que los centros público educativos en Cataluña son centros de adoctrinamiento político. No vale con decir que el problema es que la política entra en las escuelas, porque la política está en todo y no hay problema porque un profesor deje ver cuáles son sus tendencias políticas siempre que enseñe en la diversidad y en el respeto a todas las ideas. El problema no es la política, sino el adoctrinamiento y la división entre buenos y malos que se está llevando a cabo de forma medida y rastrera, partiendo además de una visión falaz de la realidad.

Cataluña va hacia un modelo de sociedad de la exclusión. En este sentido, el independentismo catalán nos recuerda a un nacionalismo excluyente, étnicamente puro y moralmente superdotado, pero que ha conseguido exteriorizar el mensaje contrario al exterior.

Publicado en PontevedraViva.com el día 27 de Abril de 2018


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