Pontevedra, 18 Mayo de 2018
La dictadura franquista es un problema no superado para la sociedad española.Cualquier intento de condena o destinado a sofocar el dolor de los derrotados en la guerra primero y, posteriormente perseguidos durante la dictadura, es analizado siempre con lupa y todo se hace con extremo cuidado de no molestar a los franquistas.
El sentimiento es siempre de injusticia, y se suele zanjar el tema diciendo que hubo muertes en ambos bandos y que todos cometieron crímenes deleznables.Lo que no se dice es que unos tuvieron cuarenta años para reparar ese dolor y además humillar, perseguir y asesinar a los derrotados, y los otros todavía hoy no han encontrado la tranquilidad que merecen.
Parece mentira que a día de hoy todavía tengamos tantos problemas para hablar de la dictadura con claridad, sin necesidad de poner paños calientes, y todo ello, a pesar de tener una ley de memoria histórica.
Vivimos en un país donde existe una fundación que ensalza la figura de un dictador, que recibe ayudas públicas y que tiene favores fiscales.Un país donde se mantiene un ducado que lleva el nombre del dictador. Un país donde el partido más votado se abstiene cada vez que en una institución se impulsa alguna medida para cambiar una calle a un franquista o para condenar los actos de barbarie que se cometieron durante cuarenta años de infame dictadura.
Por el contrario, a pesar de que España es el segundo país del mundo con más fosas comunes, las víctimas del franquismo no tienen un mísero monumento que las recuerde.Ni siquiera pueden dar un entierro digno a sus familiares sacándolos de las cunetas donde se hacinan. Sin embargo, tienen que ver y aguantar como sus asesinos tienen todo tipo de reconocimiento, calles, plazas e incluso mausoleos como el Valle de los Caídos.
España tiene un enorme problema con la memoria históricay no ha sabido cerrar el capítulo de la dictadura como han hecho otros países, que han actuado con altura de miras, sin mirar constantemente por el retrovisor.
Aquí no, aquí somos diferentes incluso para esto. Aquí tenemos un partido político que se permite el lujo de poner trabas a la aplicación de la ley de memoria histórica y que se niega a condenar la dictadura con la contundencia que debiera.
El PP es responsable de que la memoria de Franco siga viva y de que España no supere el franquismo.Y lo es por un mero interés electoralista. Aquella etapa no duró sólo cuarenta años, sino que el dictador sentó unas bases muy sólidas que no van a ser fácilmente superadas por esta ni por futuras generaciones. El franquismo machacó una generación de españoles y dejó una herencia envenenada a las siguientes.
Publicado en PontevedraViva.com el día 18 de Mayo de 2018
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