viernes, 25 de mayo de 2018

Don Pablo y Doña Irene

Pontevedra, 25 Mayo de 2018

Pablo Iglesias e Irene Montero tienen todo el derecho del mundo a comprase una casa dónde quieran y su economía se lo permita. Faltaría más que una pareja no pudiera decidir dónde quiere vivir y criar a sus hijos. El problema con Iglesias y Montero no es este, sino que son presa de sus propias palabras, porque llevan mucho tiempo criticando aquello que ahora practican.

Pablo Iglesias diseñó un código ético del que hizo bandera en su lucha contra la famosa casta,y ahora se le ha vuelto en contra porque, aplicado a sí mismo, se lo ha pasado por el arco de triunfo.

¿Cuántas veces ha hablado sobre la forma de vida austera que deben llevar los políticos? ¿Cuántas veces ha dicho que los salarios de los políticos no deberían superar el triple del salario mínimo interprofesional? ¿Podrían comprarse una casa como la que han adquirido con ese salario? Iglesias criminalizó a de Guindos por comprase un piso de 600 mil euros, y Montero dijo que los políticos que compran viviendas de lujo es para especular. Pues todo esto es lo que ahora se les ha vuelto en contra, porque una cosa es criticar y otra muy distinta actuar.

Desde el punto de vista personal, lo que les pasa a esta pareja es que disponen de una buena posición económica, ganan dinero y quieren vivir mejor. Se han cansado de vivir en Vallecas y se han ido a las afueras, a vivir en un chalé con jardín y piscina. Además, así podrán sumar a su retribución una dieta por vivir fuera de Madrid, algo con lo que sin duda han contado para asumir la cuota de la hipoteca. Por cierto, una hipoteca contratada a 30 años, se ve que tienen pensado mantener los ingresos por mucho tiempo.

Y desde el punto de vista político, a Pablo e Irene la realidad les ha puesto en su sitio, en el de la casta, como a todos los políticos. Mantener posturas anticapitalistas para atacar a los adversarios es peligroso, sobre todo cuando vives en una sociedad como la nuestra. El chalé le va a salir caro, pero no solo a ellos, sino a Podemos, porque lo que antes les dio votos, ahora de los puede quitar.

Pero donde realmente se han equivocado ha sido poniendo en manos de las bases la decisión sobre su continuidad en el cargo. Pretenden convertir a los afiliados de Podemos en avalistas morales de la operación inmobiliaria,y para presionarles se llenan de catastrofismo amenazando con dejar el cargo si no son apoyados de forma mayoritaria.

Consultar a las bases no es más que un enjuague, una operación de marketing personal para justificar el error.¿Cuál será la próxima pregunta que harán a las bases? ¿Quizás si contratan una “nani” para sus hijos? ¿O quizás un jardinero para cuidar el jardín y tener la piscina a punto? 

Pablo Iglesias es presa de su propia trampa,quería asaltar los cielos pero se ha conformado con vivir en la zona noble. Bienvenido al club de la casta Pablo. ¿O debemos llamarle a partir de ahora Don Pablo?

Publicado en PontevedraViva.com el día 25 de Mayo de 2018




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