Pontevedra, 05 Mayo de 2017
La
conclusión es fácil: los partidos
políticos son todos iguales. Todos sobreactúan, anteponen el beneficio
partidista y el daño al adversario por delante del bien común. Y lo hacen porque
saben que los ciudadanos valoran esa actitud en las urnas.
Al menos así
era hasta que llegaron Ciudadanos y Podemos al escenario político nacional. ¿Ha
cambiado algo? No, todo sigue igual, porque los nuevos, son iguales que los viejos.
Acaba de
demostrarlo Pablo Iglesias con su penúltima ocurrencia, al escenificar una
moción de censura para desalojar a Rajoy del poder. Sin candidato, sin fecha,
sin programa y sin ninguna posibilidad
de ser creíble.
¿Pensaba
Pablo en el bien común cuando se le ocurrió la idea? ¿Pensaba en sacar adelante
un pacto con el objetivo de mejorar la vida de los ciudadanos? ¿O pensaba
quizás en dañar a un PSOE en horas bajas y sin líder? ¿Por qué antes no quería
saber nada de Ciudadanos y ahora le sirve para esto? ¿Por qué no echó a Rajoy
cuando pudo hacer presidente a Pedro Sánchez?
Representantes
del PP, de Ciudadanos y del PSOE han acusado a Podemos de hacer méritos y de
convertir el Congreso de los Diputados en un circo por este motivo. Las
posibilidades de que la moción de censura tenga éxito son inexistentes, de modo
que podría decirse que lo que hay es un
brindis al sol de Podemos con una sobreactuación de su debilitado líder.
Ahora bien,
los que sacan la artillería contra Pablo Iglesias por esta sobreactuación sin
sentido, son también buenos actores y sobreactúan al mismo tiempo. Ciudadanos y
el PSOE insisten en que la corrupción es
una realidad insoportable pero por otro lado mantienen en el poder a quien
la permite.
Publicado en PontevedraViva.com el día 05 de mayo de 2017
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