sábado, 26 de noviembre de 2016

No entiende la democracia

Pontevedra, 25 Noviembre de 2016

Se puede ser republicano o monárquico. Se puede defender cualquier forma de organización política democrática, pero lo que no se puede ser es antidemocrático. El respeto a las instituciones que nos hemos dado es fundamental para su funcionamiento, incluso para poder cambiarlas si eso es lo que se pretende. La grandeza de los demócratas es respetar a todos, incluso a los que no lo son. Que un diputado saque una bandera republicana en la sede de la soberanía nacional mientras el Jefe del Estado ofrece un discurso institucional es, sencillamente lamentable. No por el hecho en sí, sino por el lugar y el momento.

Aplaudir al Rey no significa demostrarle adhesión y mucho menos declararse monárquico, sino respetar la figura de la jefatura de la soberanía nacional. Y en todo esto se equivoca Podemos, en la actitud, en los comentarios y en las formas que utilizan para la protesta. Porque la forma de reivindicación política ha cambiado y ya no es necesario ser maleducado ni desairar los símbolos democráticos para demostrar disconformidad. Ahora pueden presentarse a las elecciones libremente, hacer un programa de gobierno en el que se incluyan todas las demandas que consideren oportunas, recabar los votos de la gente y si te dan una mayoría suficiente, gobernar y cambiar las cosas. Porque en eso consiste la democracia, y los que no lo entiendan es que no son demócratas.

Podemos hace de la política una forma de protesta. Y lo hacen a la antigua, como si en España hubiera aún una dictadura y necesitaran de la lucha callejera para sus reivindicaciones. Hacen una política de gestos para que se les vea como las víctimas de un sistema que les oprime. Y hoy, afortunadamente ya no es necesario todo esto, pero Pablo Iglesias parece que no lo acaba de ver.

Los periodistas que cubrían el acto de apertura de las Cortes, le preguntaron a Iglesias porqué razón él y los suyos habían decidido desairar de firma tan despreciativa al Jefe del Estado y él respondió que "nosotros no estamos aquí por ser hijos de nadie ni por tener sangre azul. Nosotros tenemos mucha más legitimidad porque a nosotros nos vota la gente".

Se equivoca cuando compara su legitimidad con la del monarca, porque ambos están igualmente legitimados. La Constitución, votada por los españoles es la que otorga la forma de gobierno del estado español. Una Constitución que fue aprobada por una mayoría como nunca se ha visto en la historia de España. Por tanto, el Rey está tan legitimado como Pablo Iglesias aunque ello no signifique que sea obligatorio ser monárquico. Lo que si se espera de los depositarios de la soberanía nacional, es que dentro de las diferencias políticas legítimas, muestren respeto a la forma de gobierno y a las instituciones. Un respeto que Pablo Iglesias se pasa por el forro, y aunque pretende dar clases de democracia y ser el más demócrata de España, en realidad parece que no entiende la democracia.

Publicado en Pontevedraviva.com el día 25 de Noviembre de 2016

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